mojonesMontserrat

Tu santa voluntad

“Debo tomar nota de los encuentros de mi alma Contigo, oh Dios, en los momentos particulares de Tus visitas. Debo escribir de Ti, oh Inconcebible en la misericordia hacia mi pobre alma. Tu santa voluntad es la vida de mi alma. He recibido este mandato de quien Te sustituye para mí, oh Dios, aquí en la tierra y que me enseña Tu santa voluntad; Jesús Tú ves qué difícil es para mí escribir, y que no sé describir claramente lo que siento en el alma. Oh Dios, ¿puede la pluma describir cosas para las cuales, a veces, no hay palabras? Pero me mandas escribir, oh Dios, esto me basta.” Santa Faustina Kowalska, Diario de Santa Faustina Kowalska, nº 6.

La familia cimiento y base de la sociedad

 

“Toda persona tiene como atributo jurídico lo que se llama autarquía; es decir, tiene el derecho de realizar su fin, y para realizarlo, tiene que emplear su actividad y, por tanto, tiene derecho a que otra persona no se interponga con su acción entre el sujeto de ese derecho y el fin que haya de alcanzar y realizar. Eso sucede en toda persona. Y como, para cumplir ese fin, que se va extendiendo y dilatando, no basta la órbita de la familia, por sus necesidades individuales y familiares, y para satisfacerlas viene una más amplia esfera y surge el municipio como senado de las familias. Y como en los municipios existe la misma necesidad de perfección y protección, y es demasiado restringida su órbita para que toda la grandeza y la perfección humana estén contenidas en ella, surge una escena más grande, se va dilatando por las comarcas y las clases hasta construir la región. De este modo, desde la familia, cimiento y base de la sociedad, nace una serie ascendente de personas colectivas que constituye lo que yo he llamado la soberanía social, a la que varias veces me he referido y cuya relación fundamental vaya señalar.” Juan Vázquez de Mella, El Verbo de la Tradición, p. 46.

El hombre hijo de Dios

“¡Qué variadas reflexiones suscita una mirada al mapa geográfico y humano de Latinoamérica, o el detener la mente en su historia, su problemática actual y sus perspectivas de futuro! La Iglesia, que forma parte inseparable de la historia y de la vida de cada nación de este Continente, sabe que, hoy como ayer, tiene algo propio que ofrecerle; algo vital para el presente y el futuro: la luz y la fe de Cristo. Ella no ignora las lamentables barreras de ignorancia, de falta de la debida libertad, de injusticia y opresión que tantas veces se interponen en el camino del doliente hombre latinoamericano, caminante sediento hacia metas de mayor dignidad espiritual y humana. Por eso, ella que vive en y para ese hombre, quiere ayudarle en su camino, quiere hacerle cada vez más consciente de sus posibilidades y metas. y quiere hacerlo siendo fiel a sí misma, a la misión que Cristo le confió y al amor que debe al hombre. En él la Iglesia ve un hijo de Dios, un ser con inmensas exigencias de dignidad, de respeto y promoción; un ser con sello divino que debe ser ayudado a elevarse humanamente; que nunca puede ser oprimido en su dignidad o esquilmado en sus derechos; pero que debe ser ayudado a mantener ante todo su patrimonio interior: la libertad y riqueza de su espíritu. Porque en él habla una conciencia, porque en ella está la voz de Dios y porque en él alienta la trascendencia de su destino.” San Juan Pablo II, Ante el V centenario de la evangelización de América, p. 22.

Hervidero de pulgones

“La corrupción endémica que galopa a lomos de la partitocracia, como los abusos del capitalismo financiero, no serían concebibles si previamente no se hubiese convertido a los pueblos en un hervidero de pulgones a los que se halaga con conexión wifi y derechos de bragueta, para que se crean libres y soberanos y puedan soltar exabruptos en Twitter, mientras se les deshumaniza y ordeña a conciencia, una vez agrupados en los negociados de izquierdas y derechas, que son los rediles que el tirano ha dispuesto para que su cautiverio resulte menos oprobioso (pues así, mientras los ordeña, los pulgones pueden entretenerse en la demogresca, increpando a los pulgones del redil contiguo). Juan Manuel de Prada, Revista Verbo, nº 535-536, mayo-junio-julio 2015, pp. 381 y 382.

Mentalidad consumista

«En lo relativo al papel de la religión en las sociedades industriales, Femández de la Mora llegaba a la conclusión pertinente del proceso de secularización, que entrañaba la progresiva diferenciación de las distintas esferas sociales. ~a religión se veía desplazada a la periferia y se recluía cada vez más en la esfera privada. Era una época de «interiorización de creencias como factor de distensión y disolución de las ideologías». Lo cual servía a Femández de la Mora para someter a crítica la democracia cristiana, que, a su juicio, intentaba monopolizar, desde supuestos demoliberales, el sentimiento religioso, algo que no era «testimonio de religiosidad genuina», sino producto de una táctica política, que, por otra parte, en sus prácticas cotidianas, no dudaba en arrastrar a los creyentes hacia «concesiones y compromisos que les han impedido representar la ortodoxia pura»» Pedro Carlos González Cuevas, Revista Razón Española, septiembre-octubre 2015, p. 162.

Asombro y promesa

“El asombro y la sorpresa no son, pues, síntomas de retraso psíquico, sino pruebas de una fresca y fecunda sensibilidad, que puede dar lugar a la filosofía, al arte y a la ciencia, por ejemplo. Pero el asombro y la sorpresa son algo más grave todavía: son, en cierto modo, la condición misma de la degustación de la vida y, por tanto, de la felicidad. Sólo el que se asombra puede respirar la vida a pulmón lleno, porque está todo él boquiabierto y propicio como un cántaro, y sólo el que se sorprende puede agotar el goce de acariciar las cosas, porque tiene el alma dúctil e hipersensible como el agua de una alberca. Ser capaz de asombro es poder disfrutar la realidad de un modo ávido y total, y es en esta fruición en lo que precisamente consiste toda la dicha del hombre.” Gonzalo Fernández de la Mora, Revista Razón Española, julio-agosto 2015, p. 4.