Marcelino Menéndez y Pelayo
Cultura Española, Madrid, 1941
No es llueva esta consideración de Ia historia como arte: al contrario; si de algo pecamos los modernos, es de irla olvidando demasiadamente. Los antiguos retóricos griegos querían que la historia fuese, lo mismo que la tragedia, un animal perfecto. Y nuestro fray Jerónimo de San José, en su libro del Genio de la Historia, dio los últimos toques a esta concepción clásica, exponiéndola en términos tan vigorosos y galanos, y con tan profundo sentido de lo que pudiéramos llamar la belleza estatuaria de la historia, que no es posible a quien trata esta materia dejar de repetir algunas palabras suyas, ya alegadas aquí por un docto y llorado compañero vuestro: Sigue leyendo


