pensar-657x360José

Debe hacerse todavía una observación: la comunidad internacional, que desde 1948 posee una carta de los derechos de la persona humana, ha dejado además de insistir adecuadamente sobre los deberes que se derivan de la misma. En realidad, es el deber el que establece el ámbito dentro del cual los derechos tienen que regularse para no transformarse en el ejercicio de una arbitrariedad. Una mayor conciencia de los deberes humanos universales reportaría un gran beneficio para la causa de la paz, porque le daría la base moral del reconocimiento compartido de un orden de las cosas que no depende de la voluntad de un individuo o de un grupo.

San Juan Pablo II

A través de la liturgia y la oración, se purifica la fe de toda degeneración, se abandonan aquellos ídolos a los que sacrificamos con facilidad algo de nosotros mismos durante la vida cotidiana, se pasa del miedo ante la trascendente justicia de Dios a la experiencia viva de su amor.

 San Juan Pablo II

Se constata a veces no sólo una grave ignorancia religiosa en las jóvenes generaciones, sino, lo que es más triste, un cierto vacío moral y una acusada carencia del sentido trascendente de la vida.

San Juan Pablo II

Al hombre, atormentado por la duda y el pecado, la Cruz le revela que «tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna». En una palabra, la Cruz es el símbolo supremo del amor.

San Juan Pablo II

Pensemos en los niños y jóvenes sin hogar o sin educación; en las mujeres abandonadas con muchas necesidades que remediar; en la multitud de marginados en las ciudades; en las víctimas de organizaciones del crimen organizado, de la prostitución o la droga; en los enfermos desatendidos o en los ancianos que viven en soledad.

San Juan Pablo II

Al mirar al Carmelo, donde la oración se convierte en vida y la vida florece en oración, las comunidades cristianas comprenden mejor cómo pueden convertirse en auténticas escuelas de oración.

San Juan Pablo II

No es algo accidental, sino en absoluto esencial en nuestros días el invocar y rendir homenaje a Cristo como Rey de las almas y de los pueblos.

  1. Ramón Orlandis S.J.

Es alegre y dichoso el monje de ver la Bondad de Dios reflejada en las criaturas. Cuanta alegría me causa el pensar en el modo que Dios me quiere.

Beato Rafael Arnaiz