La democracia no puede mitificarse convirtiéndola en un sustitutivo de la moralidad o en una panacea de la inmoralidad.
Juan Pablo II
Para que la democracia sea sana, para que pueda ser denominada auténtica, se hace necesaria la subordinación del orden político a la ley moral.
Miguel Ayuso
Franco -que suprimió la política- dejó que la riqueza y los inmigrantes andaluces fluyesen para el Principado a manos llenas. Seamos serios, señores: Cataluña es lo que es gracias, por supuesto, a su espíritu de trabajo, pero sobre todo gracias a España, de cuyo proyecto democrático nacional forma parte.
Jorge Trias Sagnier
Según mi experiencia, a Franco se le podía decir todo lo que en recta conciencia se consideraba.
Lora- Tamayo
Todos los historiadores no movidos por visceral antifranquismo, nos han demostrado lo contrario: Franco salvó a España de la catástrofe.
Javier Nagore Yarnoz
Claro que la religión de Cristo es una religión de paz. Claro que el mandato de Cristo es un mandato de amor. Pero el amor y la paz en ocasiones necesitan de la guerra. Por eso puede haber otra cruzada.
Fco. José Fdez. de la Cigoña
La venerable tradición de la guerra justa -una forma de razonamiento moral cuyos orígenes se remontan a San Agustín en el siglo V de nuestra era- es un recurso público de máxima importancia.
Georg Weigel
Efectivamente, en todos los campos de la comunicación, desde la industria editorial hasta la televisión, pasando por la radio o la prensa, uno de los mejores medios de ocultar y manipular la información es aplastar al sujeto con una superabundancia de información anodina, cuando no sesgada, dándole la impresión de que tiene una amplia gama de perspectivas de información libre.
Mª Rosa de Madariaga
Tenemos una cultura social que, por las exigencias del diálogo, constituye a la tolerancia social en la primera virtud… claro que eliminando la Verdad y sustituyéndola por la opinión humana.
Antonio Segura Forns
En la masa, el individuo deja de ser, provisionalmente, una persona. Se abandona, sin intentar el examen crítico y el dominio volitivo, a los impulsos, a las emociones y a la fuerza sugestiva de las representaciones.
Ph. Lersch
