Eleva el pensamiento, al Cielo sube, Por nada te acongojes,
Nada te turbe
A Jesucristo sigue con pecho grande, y venga lo que venga,
Nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo? es gloria vana; nada tiene de estable,
Todo se pasa,
Aspira a lo celeste, que siempre dura; fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece bondad inmensa; pero no hay amor fino
Sin la paciencia.
Confianza y fe viva mantenga el alma, que quien cree y espera
Todo lo alcanza
Del infierno acosado aunque se viere, burlará sus furores
Quien a Dios tiene.
Véngale desamparos, cruces, desgracias; siendo Dios su tesoro,
Nada le falta
Id, pues, bienes del mundo, id, dichas vanas; aunque todo lo pierda
SOLO DIOS BASTA
¡Oh, madre mía… sepa que a mi parecer (los días aquí pasados) han sido los mejores de mi vida, sin encarecimiento.
(carta del 12-5-1575, desde Beas de Segura)