jesusManuel Martínez Cano, m.C.R.

Mil millones de opiniones no hacen ni una sola verdad; ni los votos de todos los parlamentos y senados del mundo hacen una sola verdad; ni los diálogos de todas las religiones de la tierra hacen una sola verdad. La verdad no se hace. La verdad ES. “YO SOY”, dijo el Señor a Moisés. “Este es mi nombre para siempre: así me llamareis de generación en generación” (Éxodo, 3, 13-20). Dios es el Ser que tiene en sí mismo la razón de su existencia, Dios es eterno, infinito es sus atributos, en sus perfecciones.

Jesús hijo de María Santísima, dijo a los que iban a prenderlo en el Huerto de Getsemaní: YO SOY; y aquellos esbirros, aterrorizados, se desplomaron. Nuestro Rey y Señor ya había dicho: YO SOY, como Dios Padre, como Dios Espíritu Santo; YO SOY DIOS. Y solo Jesús es el Camino la Verdad y la Vida. Camino de amor, que nos lleva a la vida eterna; La Verdad divina, la única verdad absoluta de la que pende las demás verdades; la Vida divina que Cristo ganó para todos los hombres con su pasión, muerte y resurrección.

Mil millones de encuentros de culturas, de eclesiásticos, de políticos, no sirven para nada, si no aceptan como Rey y Señor, como Dios, a Cristo resucitado, presente en la Eucaristía, exactamente igual que está en el Cielo. El único Dios vivo. Lo demás es mentira.

La verdad es Dios. La verdad es Cristo. San Juan Pablo II dijo en nuestra patria: “¡La verdad es Jesucristo! ¡Amadla verdad! ¡Venid en la verdad! ¡Llevad la verdad al mundo! ¡Sed testimonios de la Verdad que salva, es la Verdad entera hacia lo que nos guiará el Espíritu de la Verdad!” (Monte del Gozo).

La verdad es Cristo. Y, el padre de la mentira Satanás, el soberbio, el príncipe de este mundo, que ha penetrado en la Iglesia, en las mentes de eclesiásticos y seglares, que viven en sus mentiras y vanidades. San Agustín se libró de las trampas de Satanás. Convertido exclamaba: “¡Tarde te conocí, oh verdad antigua! ¡Tarde te conocí oh verdad eterna! ¡Tú estabas en la luz y yo en las tinieblas y yo no te conocía, porque no podía ser iluminado sino por Ti, pues no existe la luz fuera de Ti!”.

¿Queremos salir de las tinieblas demoniacas que envuelven al mundo y a la personas? Atendamos a San Agustín: “Si me preguntas cual es el camino que conduce al conocimiento de la verdad, que cosa es la esencia de la religión de Jesucristo, te responderé: Lo primero es la humidad, lo segundo es la humildad y lo tercero es la humildad y cada vez que lo hagáis la misma pregunta os daré la misma respuesta”.

Seamos humildes como Jesús, vivamos en la verdad y para la verdad y mucho apostolado, mucho.