Montserrat
Vivir para las almas
“Cuando, poco tiempo después de mis primeros votos, me enfermé y a pesar del cordial y cariñoso cuidado de las Superioras, a pesar de los tratamientos médicos, no estaba ni mejor ni peor, entonces empezaron a llegarme voces de que fingía. Y así comenzó mi sufrimiento, se duplicó y duró un tiempo bastante largo. Un día me quejé ante Jesús que yo era una carga para las hermanas. Me contestó Jesús: No vives para ti, sino para las almas. Otras almas se beneficiarán de tus sufrimientos. Tus prolongados sufrimientos les darán luz y fuerza para aceptar Mi voluntad.” Santa Faustina Kowalska, Diario de Santa Faustina Kowalska, nº 67.
Obra evangelizadora
“Una obra evangelizadora y promocional que ha querido continuar hasta nuestros días, a través de la educación en las escuelas y universidades, con tantas iniciativas sociales de hombres y mujeres imbuidos del ideal evangélico. Ellos tuvieron desde el principio una clara conciencia -válida siempre- de su misión: que el evangelizador ha de elevar al hombre, dándole ante todo la fe, la salvación en Cristo, los medios e instrucción para lograrla. Porque pobre es quien carece de recursos materiales, pero más aún quien desconoce el camino que Dios le marca, quien no tiene su filiación adoptiva, quien ignora la senda moral que conduce al feliz destino eterno al que Dios llama al hombre.” San Juan Pablo II, Ante el V centenario de la evangelización de América, pp. 36 y 37.
Arraigo del cristianismo
“Croce era agnóstico y el escrito en modo alguno significaba una “recristianización» o conversión del filósofo idealista, sino el reconocimiento de que la historia demostraba el arraigo del mensaje religioso cristiano en las conciencias, con todas sus implicaciones sobre la naturaleza de la cultura y la civilización, por lo menos las occidentales. El pensador italiano, que nunca renunció al agnosticismo, afirmaba desde un punto de vista estrictamente histórico-filosófico (igual que tantos ateos y agnósticos actuales que coinciden aproximadamente con él en la defensa de la civilización europea): «Il Cristianesimo estato la piu grande rivoluzione che l’umanita abbia mai compiuta… » («El cristianismo ha sido la revolución más grande que haya completado jamás la humanidad…)” Dalmacio Negro Pavón, Revista Razón Española, julio-agosto 2015, p. 14.
Primera escuela de ciudadanía
“Yo soy partidario de una reivindicación municipal, que empiece por considerar al municipio, no como una creación legal, no como una creación artificiosa de poder ejecutivo, dividido, según todos los tratadistas de la centralización y según las leyes que padecemos, en tres partes: una, la administración general; otra, la administración provincial, y la otra, la· administración municipal. No, yo reconozco que el Municipio es el primer grado de lo que llamo soberanía social; es la primera escuela de la ciudadanía que nace espontáneamente de la congregación de familias que sienten necesidades múltiples y comunes, que ellas no pueden satisfacer aisladamente y que les obliga a juntarse y producir una representación común, que es sociedad natural. El municipio es la Universidad de la ciudadanía, en aquel punto en que termina la vida doméstica interior de la familia y el hombre se lanza, por decirlo así, a la vida pública.” Juan Vázquez de Mella, El Verbo de la Tradición, p. 51.
Monarquía frente al dinero
“En dos ámbitos se observa una particular aptitud de la monarquía para asegurar la continuidad y el bien de los pueblos. Por una parte, como verdadera defensa frente al poder del dinero. De otra, como instrumento de unión federativa. Respecto de lo primero, sólo el gobierno fuerte, como gobierno bueno, es capaz de resistir a la plutocracia y a la oligarquía. No es cierto que se imponga siempre el dinero. Lo abonan de consuno la ciencia política y la historia. Como nos presentan también los resortes a través de los cuáles busca aquél anular las resistencias que se le oponen.” Miguel de Ayuso, Revista Verbo, nº 535-536, mayo-junio-julio 2015, pp. 401 y 402.
Ideología y ciencia
“La precariedad cognoscitiva en que se incurre al situarse en una opinión es la misma que la que produce la ideología, con los agravantes derivados de la dogmatización emotiva. La ideología es, así por tanto, lo contrario de la ciencia de la misma manera que la opinión lo es respecto del conocimiento. Se trata de un saber cuyas bases epistemológicas son tan pobres como la opinión. La ideología renuncia a la certidumbre de la ciencia y se sitúa en un plano cognoscitivo inferior. La diferencia fundamental con respecto a la ciencia es que, mientras que la ciencia describe la realidad y logra un conocimiento cierto sobre lo fáctico, la ideología no es más que una construcción generada para defender una opinión, es decir, una creencia evaluativa acerca del ser social. Recogiendo la doctrina de Van Dijk respecto a las ideologías se podría afirmar que son “creencias evaluativas socialmente compartidas» mientras que el conocimiento propiamente dicho corresponde a las “creencias fácticas socialmente compartidas»” Carlos Goñi Apesteguía, Revista Razón Española, septiembre-octubre 2015, p. 194.
El liberalismo es una herejía
“En el orden de las doctrinas el Liberalismo es herejía. Herejía es toda doctrina que niega con negación formal y pertinaz un dogma de la fe cristiana. El Liberalismo doctrina los niega primero todos en general y después cada uno en particular. Los niega todos en general, cuando afirma o supone la independencia absoluta de la razón individual en el individuo, y de la razón social, o criterio público, en la sociedad. Decimos afirma o supone, porque a veces en las consecuencias secundarias no se afirma el principio liberal, pero se le da por supuesto y admitido. Niega la jurisdicción absoluta de Cristo Dios sobre los individuos y las sociedades, y en consecuencia la jurisdicción delegada que sobre todos y cada ano de los fieles, de cualquier condición dignidad que sean, recibió de Dios la Cabeza visible de la Iglesia.” Félix Sarda y Salvany, El Liberalismo es pecado, pp. 10 y 11.