FRANCO~1Franco y la Iglesia Católica
José Guerra Campos
Obispo de Cuenca
Separata de la obra “El legado de Franco”

  1. Facilidades para el ejercicio de la Misión de la Iglesia en las Instituciones del Estado

La legislación de inspiración cristiana hizo que las instituciones suministrasen condiciones favorables para la vida católica. Se destacan la protección legal a la Familia y el Matrimonio canónico y a la Educación cristiana, campo éste (el más delicado en la vida social) en que se favorecieron los derechos de la Iglesia, de los padres y de los educandos con amplitud sin par en el mundo; y las facilidades para el ministerio de la Predicación y la formación catequética (publicaciones, emisoras, creación de instituciones escolares). Aquí subrayamos las posibilidades de acceso a las instituciones del Estado para la acción pastoral, mayores a veces que la capacidad de aprovecharlas. Es probable que nunca haya habido en nuestra Iglesia tanta desproporción entre las posibilidades ofrecidas y las fuerzas disponibles. La revista de la Acción Católica, «Ecclesia», advertía en 1953: «Conviene medir, para atizar el sentido de la responsabilidad que nos toca ante el presente y futuro, lo que otros que nos precedieron hubieran conseguido de contar con las facilidades y medios que están hoya nuestro alcance».

Acceso a todo el sistema escolar. En la Enseñanza Primaria se procuraba que los maestros sintonizasen con la demanda religiosa de los padres. El ambiente era propicio, y los maestros eran catequistas: lo cual -además de responder a una pedagogía coherente-era exigencia democrática, puesto que los padres querían para sus hijos formación católica en las escuelas públicas (¡no menos que ahora, cuando cerca del cien por cien demandan lo mismo!). No fueron raros los padres que -estando en exilio voluntario o siendo adversos al Régimen-volvieron a España cuando estaba en juego la educación de sus hijos; y alguno protestaba fuertemente porque Franco les parecía demasiado permisivo ante las influencias anarco-comunistas.

Acceso a la Juventud: en el Frente de Juventudes y en el Ejército. Acceso a la Sección Femenina, que en su labor social fomentó un tipo armonioso de mujer cristiana, con notables logros de fineza espiritual y litúrgica. Acceso a la Asesoría religiosa de Sindicatos.

Acceso a la Radio Nacional, como también a las Cadenas privadas, además de las cuarenta y siete emisoras autorizadas por el Estado a la Iglesia, red no igualada en Europa. Acceso a la Televisión que en los años sesenta-setenta, por medio de sacerdotes y seglares elegidos conforme al Concordato, fue un portavoz semanal del Papa, mientras cundía la confusión y la indisciplina en algunos ambientes eclesiásticos.

Los Estudios superiores de Teología, Sagrada Escritura e Historia Eclesiástica fueron incorporados al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Además de sus cuatro Universidades y seis Facultades de estudios eclesiásticos, la Iglesia obtuvo reconocimiento para los títulos de una Universidad de estudios generales y para siete Institutos de estudios técnicos.

En el campo de la acción estatal para la salvaguardia de la moralidad pública se reguló la participación asesora de la Iglesia y aún en algunos casos su derecho a vetar determinadas publicaciones.

Un Consejo Superior de Misiones (1940) protegía con la Cédula Misional a todos los Religiosos que en virtud de obediencia actuaban en el exterior. En 1953, a un Obispo con dificultades para albergar tantas vocaciones sacerdotales, que excedían de las necesidades diocesanas, Franco le dijo: «No tiene derecho a despreciar las vocaciones sacerdotales que Dios le da. Si no las necesita Vd., las necesita la Iglesia, y concretamente América y las Misiones». Para el ministerio de los Religiosos con voto de pobreza, se concedió bonificación del 50% en los viajes por ferrocarril en territorio español.

En lo internacional, la Santa Sede contó siempre con el apoyo de España para las causas que aquélla patrocinaba, por ejemplo, la internacionalización de los Santos Lugares de Palestina. Ya en el comienzo del conflicto europeo el Papa, preocupado por el pacto germano-soviético, había elogiado la «noble iniciativa del Caudillo en pro de la localización del conflicto». Después, cuando se hablaba de que peligraba la residencia del Papa en Roma, Franco le ofreció un lugar digno en España.