iglesiaPapa Francisco

Oh Cruz de Cristo, imagen del amor sin límite y vía de la Resunección, aún hoy te seguimos viendo en las personas buenas y justas que hacen el bien sin buscar el aplauso o la admiración de los demás. Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los ministros fieles y humildes que alumbran la oscuridad de nuestra vida, como candelas que se consumen gratuitamente para iluminar la vida de los últimos. Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en el rostro de las religiosas y consagrados -los buenos samaritanos- que lo dejan todo para vendar, en el silencio evangélico, las llagas de la pobreza y de la injusticia.

Cardenal Velasio de Paolis

El conflicto entre la modernidad y la Iglesia ha alcanzado su punto más alto en la publicación del Syllabus, la compilación de todos los errores de la sociedad moderna de parte del beato Pío IX. Tal conflicto ha entrado también en la Iglesia a través del modernismo, que ha sido definido por el papa san Pío X como la síntesis de todos los errores, justamente porque minaba la misma raíz de la religión cristiana, porque en sus exponentes de relieve el modernismo era la tentativa de reducir la misma fe cristiana a pura racionalidad, apagando la luz de la fe y haciendo regla de fe el principio racionalista, en lugar del principio de la revelación.

Cardenal Mauro Piacenza

El beato Manuel González con su ejemplo nos predica que actualmente se cree demasiado en la actividad humana, demasiado, en modo desproporcionado, hasta terminar en una especie de pelagianismo. La actividad del hombre vale algo si en ella se hace presente la oración que une a Dios, vale si está impregnada de esta caridad. De todo esto se desprende además que el sacerdote no puede no ser víctima, porque es Cristo, el cual ha unido en su persona el sacerdocio y la víctima. En los sacrificios paganos, el sacerdote sacrifica a otra persona; en el cristianismo se sacrifica a sí mismo. He ahí la gran advertencia de nuestro beato: no hay posibilidad alguna de sacerdocio si no es mediante la inmolación de sí mismo, inmolación que el sacerdote vive en el continuo don de su propio ser.

Cardenal Robert Sarah

Quiere hacernos individuos, “zombis”, sin alma, dotados de un cuerpo que se ha convertido en una especie de maquinaria objeto de la manipulación genética y del transhumanismo. Sí, eso es lo que quiere el adversario: quiere someternos a él , el príncipe de este mundo, para manejarnos mejor, para romper el “cordón umbilical” que nos conecta con Dios, eso en un primer momento, y luego, en una segunda fase, quiere manipularnos con la ilusión -como si tuviésemos una fascinación infundada- para decirnos que sólo somos un grupo de células destinado a sobrevivir gracias a una tecnología cada vez más sofisticada (Con la manipulación del genoma humano), y así liberarnos de nuestra condición humana para hacer de nosotros nuestros propios dioses.

Cardenal Norberto Rivera

Para conseguir un mundo mejor no basta con cambios. Hay algo que debe cambiar en profundidad, y Jesús lo está señalando: hay que cambiar en el corazón, hay que cambiar de mente, hay que renovarse interiormente si queremos mejorar en lo personal y si queremos que nuestra sociedad cambie, porque los cambios que nos anuncian muchas veces es cambiarlo todo para seguir igual.

Cardenal Piazenza

En la tarea de anunciadores es necesario tener constantemente presente la unidad de Sagrada Escritura, Tradición y Magisterio. No es posible anunciar la Palabra, olvidando o – peor- reprobando la Tradición que la ha generado. Igualmente ineficaz resultará el anuncio separado o -peor- en contraste con el Magisterio eclesial.