Padre Jesús González-Quevedo, S.I.
Salamanca, 1971
5.-Funestísimo mal: la observancia desacreditada.
Cuanto llevamos dicho sobre la adecuada adaptación de la vida religiosa quizás se pueda resumir en esta fórmula: espíritu antiguo y eficacia moderna. Con dos observaciones: Primera, que la eficacia moderna vendrá ciertamente, la impone la vida. Lo difícil, porque hay que remar contra corriente, es conservar y aumentar el espíritu antiguo. Segunda, que la reforma de las religiones, siempre se ha hecho reduciéndolas a sus principios, como enseñó el Concilio Tridentino (25). «Pues los Institutos religiosos están vigorosos y florecientes mientras el espíritu del Fundador se conserva íntegro y alienta en su disciplina y obras, así como en las costumbres y vida de sus miembros» (M.G.). «Las Ordenes y Congregaciones Religiosas de uno y otro sexo llegan a la cumbre de su florecimiento, cuando observan inviolablemente su propia regla, fuente y origen de santidad para ellas y causa de todos los mayores bienes» (26). Sigue leyendo →