san ignacioPadre Martínez Cano, m.C.R.

El diablo y sus secuaces odian la gloria de Dios. Los Santos vivieron dando gloria a Dios. El lema de San Ignacio de Loyola era: “A mayor gloria de Dios”.

También decía que si, del amor de Dios nos olvidáramos, por nuestras culpas, que el temor a sufrir los tormentos eternos de los condenados en el infierno, nos ayude para no cometer pecados.

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Muchas personas confunden el placer sensual con el amor, con la felicidad. Una persona que convierte el dinero en el centro de su vida, puede llegar a tener millones de euros. Pero al mismo tiempo puede ser un infeliz.

La felicidad es vivir en el bien, hacer el bien. Cuando avanzamos hacía la plenitud de nuestro ser, nos sentimos felices. El bien absoluto es Dios. Seremos eternamente felices en el Cielo.

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La Revolución Francesa rindió culto s su diosa razón. Razón independiente de Dios que produjo ríos de sangre inocente. Y la creación de mitos y supersticiones no conocidos hasta entonces.

Todos los ídolos modernos son hijos legítimos de la Revolución Francesa. Todo es mentira.