chispicasPadre Martínez Cano, m.C.R.

Hemos leído, que hace millones de años en el cerebro de un animal saltó una chispa y empezó a pensar. Evolucionó intelectualmente. El resto de los animales, solo evolucionaron biológicamente. Por supuesto, nosotros somos los descendientes del animal chispado. Somos superiores, equilibrados, sabios.

Pues, no. Dios creó Adán y Eva a su imagen y semejanza. Somos hijos de Dios. Tenemos un alma espiritual e inmortal, no somos animales, somos personas. Somos hijos de Dios y de María Santísima.

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San Rafael Arnáiz decía que: «Si tuviéramos un verdadero amor a Jesús, no sabríamos hablar razonablemente incluso nos volveríamos locos. Locos de amor» ¡Dios hecho hombre! Quien no quiere conocer a Jesús y quiere destruir a su Iglesia es porque un odio infernal le ha vuelto loco. Quién conoce a Cristo le ama de todo corazón.

El Santo también nos dice: «aprenda en la vida, el alma entregada a Dios, a no añorar el pasado, ni a temer el porvenir… Dios es presente, y sólo Él basta».

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Alguien ha dicho que la única vez que Cristo se equivocó fue cuando echó a latigazos a los vendedores del templo.

¿Se equivocó Cristo cuando dijo a los escribas y fariseos?: «Está generación es perversa y adúltera» (San Mateo 12, 39). O cuando dijo: «Raza de víboras ¿Cómo podéis decir cosas buenas si sois malos?» (San Mateo 12, 45).

Que nos diría hoy Jesús a la generación del aborto, la eutanasia, la manipulación de embriones, las guerras injustas, la ideología de género… La Virgen nos ha dicho en Fátima que muchos se condenan y van al infierno porque no hay quién rece y se sacrifique por ellos. Colaboremos con Jesús y María en la salvación de las almas.