«¡Oh, démonos a Él! ¿Qué son cincuenta años y aun cien de vida, comparados con la eternidad? Sacrificio aquí en el destierro, gloria sin fin en la patria. Y, ¿qué es el sacrificio, qué es la cruz sino cielo cuando en ella está Jesucristo?»
Santa Teresa de los Andes.
«Tened gran cuidado en predicar la verdad de tal modo que, si acaso hay entre los oyentes un hereje, le sirva de ejemplo de caridad y moderación cristianas. No uséis de palabras duras ni mostréis desprecio por sus errores».
San Ignacio de Loyola.
«Procurad siempre vivir en la amistad de Dios».
San Juan Bosco.
«Cuando no tenéis el amor de Dios en vosotros, sois muy pobres. Sois como un árbol sin flores y sin frutos».
Santo Cura de Ars.
Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración.
San Pío de Pietrelcina
En la vida oculta y silenciosa se realiza la obra de la redención. En el diálogo silencioso del corazón con Dios se preparan las piedras vivas con las que va creciendo el Reino de Dios y se forjan los instrumentos selectos que promueven su construcción.
Santa Teresa Benedicta de la Cruz(Edith Stein)
No hay cosa que purifique más el entendimiento de ignorancias y la voluntad de afectos desordenados que la oración.
San Francisco de Sales
La oración es la mejor arma que tenemos: es la llave que abre el corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no sólo con tus labios, sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle sólo con el corazón.
San Pío de Pietrelcina
La oración y el sacrificio constituyen toda mi fuerza y son las armas invencibles que Jesús me ha dado. Ellas pueden, mucho mejor que las palabras, mover los corazones.
Santa Teresa de Lisieux
Todos los santos comenzaron su conversión por la oración y por ella perseveraron; y todos los condenados se perdieron por su negligencia en la oración. Digo, pues, que la oración nos es absolutamente necesaria para perseverar.
San Juan Mª Vianney
Hay que ser Cristianos no a mi manera, sino a la manera de CRISTO.
La Dignidad de la Virginidad, comenzó con la Virgen Maria.
San Agustín
