chispicasPadre Martínez Cano, m.C.R.

Hay jovencitos y ancianitos que hacen cuando pueden para parecer que son políticos. No lo son, ni lo serán nunca. Porque no saben, ni quieren saber, cuál es el principio y fin de la política: el bien común.

Esos jovencitos y ancianitos sabe muy bien que van a morir y quieren pasarse la vida padre, en el Estado de su Bienestar. Recordemos todos que, después de la muerte, viene el juicio de Dios. Unos irán al Cielo para ser eternamente felices: los que amaron a Dios y al prójimo. Otros irán al infierno, para ser eternamente desgraciados: los que alejaron a Dios de sus vidas y no amaron al próximo.

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No hay «cultura de la muerte». Es acción satánica en el mundo.

El santo Job decía que la vida sobre la tierra es malicia. San Pablo que combatamos los nobles combates de la fe. El pacifismo democratista, no es cristiano. Jesús nos dice: «En el mundo tendréis luchas, pero tener valor: «Yo he vencido al mundo» (San Juan 16, 3).

Y Cristo nos espera en el Cielo. Para no acobardarnos ante el mundo, se ha quedado con nosotros en la Eucaristía, en los sagrarios.

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Vamos a ver señores y señoras de la ideología de género. La Biología es la ciencia que nos dice que es un hombre y qué es una mujer. Y punto

“cuáles sus los principales razones culturales” no existen. La ideología de género es la cloaca de todas las aberraciones de la historia. Son vicios de los sin Dios y contra Dios.

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Lo que pide Jesucristo de negarnos a nosotros mismos y coger la cruz, es muy duro. Sí, y lo será mientras tengamos voluntad propia.

Los santos nos dicen que matemos nuestro yo, nuestra voluntad. Que no haya en nuestra alma dos voluntades, la de Dios y la nuestra. Que nuestra voluntad haga siempre la voluntad de Dios. Dos voluntades fundidas en una sola: La voluntad de Dios.