En menos de un siglo se había sentado las bases de una nueva cristiandad de ultramar. A mediados del siglo XVII había en América españoles seis arzobispos o provincias eclesiásticas y 32 obispados con más de 70.000 Iglesias, 840 conventos de varones, 346 prebendas, 2 abadías, 5 capellanías reales e infinitos colegios y hospitales.
Ninguna legislación colonial extranjera es comparable a nuestras leyes de Indias. Por ellas se prohibió la esclavitud, se proclamó la libertad de los indios, se les prohibió hacerse guerra y se les consideró desde el primer momento como súbditos de la Corona, protegiéndoles con sabias leyes de amparo.
Y ante el espectáculo grandioso de la evangelización del continente americano, ¿habrá quien se avergüence y pueda hablar de «crímenes de la conquista de América»? (Felipe Barandiarán – EL PAN DE LOS POBRES)



