P.albacenaRvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 239, mayo de 1999

Mayo de 1999 tiene para nosotros, atentos a los signos de los tiempos, un significado muy especial. Son los dos puntos de nuestra meditación.

El domingo 2de mayo es la proclamación del P. Pio, como nuevo Beato del Santoral de la Iglesia. El P. Pio fue el profeta de nuestro siglo XX. Además de ideal para todos los hijos de este siglo. Llevaba en sus carnes las llagas de la crucifixión. La Virgen nos ha dicho: «Meditad la Pasión de mi Hijo». Llevaba en su vida franciscana el ejemplo su renuncia a todo lo profano: no se entretuvo en televisiones, en revistas, ni en viajes turísticos, ni en reuniones pastorales. Nada profano llamado «moderno» hay en él. El progresismo, dentro de la Iglesia, le aborrecía. Fidelísimo al Papa. Maestro de modestia cristiana en mujeres jóvenes. Confesor incansable. Sabía que solamente por la identificación con los sufrimientos de la iglesia en su vida personal y en los pobres se puede restaurar la· fe en el mundo. Lección de la Iglesia al beatificar al P. Pio: Meditación, austeridad de vida, familias opacas a lo mundano, vivir sin televisión y sin costumbres profanas modernas.

El 13 de mayo coincide con la Ascensión del Señor. María nos lleva al cielo. El Papa, al hablar del Jubileo del año 2000, dijo ante la juventud da Roma: “El Jubileo no puede ser sólo el recuerdo de un acontecimiento pasado, aunque sea extraordinario. Debe ser la celebración de una presencia viva y una invitación a mirar el Segundo Adviento de Nuestro Salvador, momento en el que se instaurará, de una vez para siempre, su Reino de justicia, amor y paz.”

Es el permanente mensaje de Fátima. Estamos en los últimos tiempos, en el juicio de las naciones, de la purificación del mundo, del fin de las ideologías anticristianas. Pocas pueblos conservarán integra la fe. El modernismo progresista ha hecho un daño enorme a la Iglesia. Pero al final triunfará el Corazón Inmaculado de María. Esta lucha a muerte entre la Inmaculada y el Mentiroso sembrador de odio es lo profundo de los últimos tiempos, Vivir conscientes de esto es ponerse bajo el manto de María y cruzar con Ella por el desierto de los engaños del enemigo del hombre, para entrar en el nuevo mundo que espera a los que oyeron y vivieron las palabras de María en Fátima.