¡Bendito sea Dios!
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El envidioso no vive en paz. El generoso goza con todo.
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¡Jesús, en Tí confío! Por eso te pido siempre lo que necesito.
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Dios está en todas partes. Podemos estar con Él en todas partes.
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El democratismo es selvático. No tiene entendimiento ni corazón.
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La verdadera sabiduría -sí es el temor de Dios- es la inocencia, vivida día a día.
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La práctica de la piedad y las virtudes nos da la auténtica libertad. Los vicios esclavizan.
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La lujuria bestializa el corazón y corrompe la razón. Es el pecado que más almas lleva al infierno.
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Santa Teresa de Jesús moría porque no moría. El deseo de eterna felicidad está inscrito en el corazón del hombre.
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Nos cuesta vencernos a nosotros mismos, corregir nuestros defectos. Quizá sea porque no hacemos bastante oración.
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Conozco un eclesiástico que siempre tiene la razón. No da su brazo a torcer. La verdad le importa un pimiento.
