Contracorriente

~ Blog del P. Manuel Martínez Cano, mCR

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El Pecado Particular de Cada Uno

07 martes May 2013

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1, 8-9, alma, contra Dios, deleite asqueroso, deliberada, destrucción cristiano, esclavo de satanas, Infierno, Isaías, Luzbel, malicia del pecado, pecado, pecado mortal, pecado particular, rebelión, san francisco de sales, san ignacio, san Juan, san juan de ávila, santa teresa de jesús, santísima trinidad, suicido espiritual, vil criatura

“El tercero: asimismo hacer otro tanto sobre el tercero pecado particular de cada uno que por un pecado mortal es ido san Ignacioal infierno, y otros muchos sin cuento por menos pecados que yo he hecho. Digo hacer otro tanto sobre el 3 pecado particular, trayendo a la memoria la gravedad y malicia del pecado contra su Criador y Señor, discurrir con el entendimiento cómo en el pecar y hacer contra la bondad infinita, justamente ha sido condenado para siempre, y acabar con la voluntad, como está dicho”.

La fe nos enseña que quien muere con un sólo pecado mortal se condena en el infierno para siempre. Es lo que le sucedió a Luzbel y a los ángeles que desobedecieron a Dios. La Iglesia sólo nos dice quienes son los que se salvan, los santos. No sabemos si hay alguien hombre o mujer que se haya condenado por un sólo pecado mortal. Lo que san Ignacio quiere es que nos convenzamos de la malicia del pecado, para preferir antes morir que pecar. No hay nada más horrible que un pecado mortal que nos hace merecedores del infierno, de una vida de eterno sufrimiento y desesperación. El condenado jamás verá a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; jamás verá a la Virgen Santísima.

Todo pecado mortal es una rebelión deliberada contra Dios; la criatura se enfrenta a su Creador; es la rebelión contra la Misericordia infinita de Dios. Y todo por una vil criatura, un deleite asqueroso. El pecado es un suicidio espiritual; es la destrucción del alma del cristiano como templo vivo de la Santísima Trinidad; es la única desgracia que merece ese nombre. El pecado mortal encierra en sí una malicia, en cierto modo, infinita. Por el pecado el cristiano pierde la dignidad de hijo de Dios y se hace esclavo de Satanás: “El pecado entra por una puerta y Dios sale por la otra ¡Oh malaventurado de aquel que dice de Dios: Salíos, que quiero entrar en mi casa al demonio!” (San Juan de Ávila). Santa Teresa de Jesús dice: “En ninguna manera sufriera andar en pecado mortal solo un día, si yo lo entendiera”.

El pecado es enseñorear la bestia que llevamos dentro: “El apartamiento de Dios al recrearse desordenadamente de la criatura” (Santo Tomás de Aquino). “No entendemos que es el pecado una guerra campal contra Dios de todos nuestros sentidos y potencias del alma… vi cuán bien se merece el infierno por una sola culpa mortal, porque no se puede entender cuán gravísima cosa es hacerla delante de Dios” (Santa Teresa de Jesús). San Francisco de Sales: “Es preferible morir antes que pecar conscientemente y deliberadamente; pero cuando caemos es preferible todo antes que perder el ánimo, la esperanza y la voluntad, pues el Señor lo convertirá todo en gloria y honra suya”.

San Juan de Ávila: “Para que quiere Dios el Cielo sino para los pecadores arrepentidos”. Isaías: “Aunque vuestros pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana”. 1º San Juan 1, 8-9: “Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él que es fiel y justo, nos perdonará los pecados”. los santos encontraron siempre, en el conocimiento de sus propios pecados perdonados, materia abundante para encenderse en el amor de Dios. Nuestro Señor dijo a Santa Catalina: “El pecado de desesperación me ofende más que el abuso de confianza y es más grave  para los pecadores que todos los otros pecados que cometieron en el curso de la vida”. Eclesiástico 7,40: “Acuérdate de tus postrimerías (muerte, juicio, infierno, cielo) y no pecarás”.

Nuestro Señor dijo a Santa Margarita María Alacoque: “Mira este corazón que tanto ha amado a los hombres y que en pago de tanto amor no recibe de ellos más que ingratitudes, olvidos, indiferencias y ultrajes”. Beata Jacinta: “Fíjate, ¿sabes? nuestro Señor esta triste porque Nuestra Señora nos dijo que no lo ofendieran más que ya está muy ofendido, y nadie le hizo caso; continúan haciendo los mismos pecados… Las guerras son castigos por los pecados de los hombres”. Las quejas más amargas, por los pecados de los sacerdotes, religiosos y religiosas, las recibió santa Faustina Kowalska de la Divina Misericordia. El pecado es la separación del amor infinito de Dios, la idolatría de uno mismo. El pecado nace en el terreno del gusto; todos los pecados son agradables a la naturaleza humana caída, menos el de envidia. Decimos que no queremos pecar y buscamos la ocasión de pecar (TV, revistas, cine…). Hay que pedir al Señor aborrecimiento de las ocasiones de pecar. Todo tiene importancia, para evitar el pecado.

Sabiduría 5,16: “Sabed que uno que convierte al pecador de su extravío, se salvará de la muerte, y sepultará un sinfín de pecados”. Sublime, divino ideal. Trabajar incansablemente por la salvación de las almas, gastar y consumir nuestras vidas consolando al Corazón de Jesús (Jacinta y Francisco de Fátima). “Cristo murió por nuestros pecados” (1, Cor. 15,3). “Que ninguno de vosotros se endurezca con el engaño del pecado” (Hbr. 3,15). “Aún no habéis resistido hasta la sangre en vuestra lucha contra el pecado” (Hebr. 12,4).

Santa Maravillas de Jesús: “¡Qué importa todo menos ofender a Dios! Está el Señor tan solo; la soberbia, el propio yo, le arroja de tantas almas. El ver las ofensas de Dios parece llegar a lo más íntimo del alma ¡Cómo está el mundo, qué indecencias y sobre todo qué ceguedad de los buenos y que confusión de ideas! ¡Hija, por amor de Dios! En estos momentos, en que tanto hay que pedir y reparar, no se entristezca sino por las ofensas de Dios y agradézcale las cosas desagradables al natural, sean las que sean, y más las que tan directamente tienden a hacerle agradable a Él. Cuando veo tantas ofensas y tan poca correspondencia de los suyos, me dan ganas que venga lo que sea, con tal de que no se le ofenda más”.

Muchos se han condenado con menos pecados de los que yo he cometido. Los juicios de Dios son incontestables. Ellos justamente condenados y yo misericordiosamente perdonado. Queda una sola cosa. Reformar mi vida, solamente deseando y eligiendo lo que más me conduce para el fin que he sido creado: la felicidad eterna. “Dios es un Padre que perdona. Su misericordia es mayor que nuestro pecado. Él perdonará nuestras faltas: decidamos no volver a cometerlas”. “Jesús nos ha dicho algo muy bello: Sus muchos pecados le han sido perdonados porque ha amado mucho. Si de verdad queremos tener reconciliación, tenemos que perdonarnos unos a otros, porque perdonar nos da un corazón puro, y el que tiene el corazón puro puede ver a Dios y puede amar con un amor puro, como Dios nos ama” (Beata Teresa de Calcuta).

Imitación de Cristo XVIII

07 martes May 2013

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1, afligida, amar a Dios, amigos, avarientos, bienaventurados, carne, condenados, confusión, consuelo, Cristo, deleites, despreci, despreciado, devotos, disolutos, docta, dolor, filosofía, floridas, Infierno, juicio, juicio de los hombres, justos, miserable, mundo, necesidad, obediencia, obras santas, oprimidos, paciencia, palabras, palacio dorado, pecadods, pecadores, penas, penitencia, poder, precioso, propio, reinar, riquezas, Sab 5, sabio, sagacidad, soberbios, sosiego, sufrida, tesoro, tierra, tormento, trabajos, tribulación, vanidad, vestido, vicio

Capítulo 24 (II)

Del juicio y penas de los pecadores

4. No hay vicio que no tenga su propio tormento.
Allí los soberbios estarán llenos de confusión, y los avarientos serán oprimidos con miserable necesidad.
Allí será más grave pasar una hora de pena que aquí cien años de amarguísima penitencia.
Allí no hay sosiego ni consuelo alguno para los condenados; mas aquí cesan algunas veces los trabajos y se goza del consuelo de los amigos.
Ten ahora cuidado y dolor de tus pecados, para que en el día del Juicio estés seguro con los bienaventurados.

5. Pues entonces «estarán los justos con gran constancia contra los que les angustiaron y persiguieron» (Sab 5,1).
Entonces estará para juzgar el que aquí se sujetó humildemente al juicio de los hombres.
Entonces tendrá mucha confianza el pobre y humilde; mas el soberbio, por todos los lados se estremecerá.
Entonces se verá que el verdadero sabio en este mundo fue aquel que aprendió a ser necio y menospreciado por Cristo.
Entonces agradará toda tribulación sufrida con paciencia, «y toda maldad no despegará los labios» (Sal 106,42).
Entonces se alegrarán todos los devotos y se entristecerán todos los disolutos.
Entonces se alegrará más la carne afligida que la que siempre vivió en deleites.
Entonces resplandecerá el vestido despreciado y parecerá vil el precioso.
Entonces será más alabada la pobre casilla que el palacio dorado.
Entonces ayudará más la constante paciencia que todo el poder del mundo.
Entonces será más ensalzada la simple obediencia que toda la sagacidad del siglo.
Entonces alegrará más la pura y buena conciencia que la docta filosofía.
Entonces se estimará más el desprecio de las riquezas que todo el tesoro de los ricos de la tierra.
Entonces te consolarás más de haber orado con devoción que de haber comido delicadamente.
Entonces te alegrarás más de haber guardado silencio que de haber conversado mucho.
Entonces valdrán más las obras santas que las palabras floridas.
Entonces agradará más la vida estrecha y la rigurosa penitencia que todos los deleites terrenos.

6. Aprende ahora a padecer en lo poco, para que entonces seas libre de lo muy grave.
Prueba aquí primero lo que podrás después.
Si ahora no puedes padecer levemente, ¿cómo podrás después sufrir los tormentos eternos?
Si una pequeña penalidad te hace tan impaciente, ¿qué hará entonces el infierno?
De verdad no puedes tener dos goces: deleitarte en este mundo y después reinar con Cristo.
Si hasta ahora hubieses vivido siempre en honores y deleites, y te llegase el instante de la muerte, ¿qué te aprovecharía todo lo pasado?
Todo, pues, es vanidad, sino amar a Dios y servirle a Él solo.
Porque quien ama a Dios de todo corazón, no teme la muerte, ni el tormento, ni el juicio, ni el infierno; pues el amor perfecto tiene segura entrada para Dios.
Mas quien todavía se deleita en pecar, no es maravilla que tema la muerte y el juicio.
Bueno es, no obstante, que si el amor aún no te desvía de lo malo, por lo menos el temor del infierno te refrene.
Pero el que pospone el temor de Dios, no puede durar mucho tiempo en el bien, sino que caerá muy pronto en los lazos del demonio.

 

La Voz de los Sin Voz XIX

02 jueves May 2013

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1, bueno, confusión, haz el bien y evitar el mal, Jean Madirán, libro de la Sabiduría 13, malo, para dirigir bien a la sociedad, primer principio de la ley natural, religión de Estado, santo Tomás, sentido común

Sara: Lo que más desconcierta hoy a las personas de sentido común, es la confusión que existe en saber lo que es bueno o malo. En nuestros días se ha perdido el primer principio de la ley natural: “haz el bien y evita el mal”. El aborto es un crimen abominable, no un derecho democrático.

José: Nunca los enemigos de la Iglesia y de la España Católica han tenido tantos medios para mentir y calumniar a los grandes españoles católicos. Franco fue un católico extraordinario, que venció a la pobreza y el paro elevando a España a la séptima potencia industrial del mundo. No lo que afirman los de lo correctamente político.

María: Sobre todo, Franco venció a los enemigos de Dios que destruyeron todo vestigio sagrado. Él, y los buenos católicos españoles, reconstruyeron las iglesias, monasterios, capillas, seminarios para que España volviera a dar culto a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Mateo: los partidos políticos, por definición y experiencia histórica, solo se preocupan del bienestar material de sus afiliados y poco más. No saben que el bien común abarca los bienes materiales de todos los ciudadanos y, sobre todo, y principalmente, los bienes espirituales.

Judit: Cuando en las universidades se explicaba filosofía y no se prescindía, como ocurre ahora, del gran filósofo, nos enseñaban que , para dirigir bien a la sociedad, se requieren tres cosas indispensables: “Que la sociedad esté establecida en la unidad y la paz… que la sociedad, unida con éste vínculo, sea dirigida a la práctica del bien…  la tercera cosa necesaria para la buena dirección de la sociedad, es que el gobierno sabio de un rey provea a todo lo indispensable para vivir bien; y conseguido esto, velar por su conservación” (Sto. Tomás)

Santiago: Es verdad, en otros tiempos se estudiaba lo que es más necesario para el hombre y la mujer, los bienes espirituales, sin olvidar los materiales. Pero en torno a nuestro, hay muchas personas que sufren una ignorancia invencible que, por sí mismas no pueden superar. Debemos rezar mucho por ellas, aunque nos distraigamos durante la oración, porque el Señor nos escucha. Eso sí, sin distraernos voluntariamente.

Salomé: Estamos en tiempos muy difíciles. No solo hay muchísima ignorancia individual y personal. Hay muchas estructuras injustas, fruto del pecado que incitan al pecado. Espectáculos inmorales, leyes antihumanas hedonismo social.. Nuestra lucha debe encontrarse contra esas estructuras y toda clase de pecado.

Juan: Lo estamos viendo y los grandes intelectuales católicos lo están diciendo pero no son escuchados. Otras voces hacen más ruido y halagan las malas pasiones humanas. Así, Jean Madirán, gran intelectual católico francés, nos advierte: “Por doquier, en los puestos más elevados del gobierno, de la enseñanza, de la información, reina con un sectarismo absoluto la nueva religión: la democracia moderna, es decir una religión de Estado, una religión que excluye a Dios”.

Magdalena: Sí, parece como si los hombres y mujeres de nuestro mundo, vivan de la mentira y la necedad. El libro de la Sabiduría 13,1 dice: “Sí, vanos por naturaleza son todos los hombres que han ignorado a Dios, los que, a partir de las cosas visibles, no fueron capaces de conocer a “Aquel que es” y al considerar sus obras no reconocieron a su artífice”.

No siempre fue así en nuestra patria, España, que: “ha procurado llevar la civilización cristiana a todas las naciones del globo… España fue grande en los pasados tiempos, porque fundaba su grandeza en propagar la religión cristiana, servirla y defenderla y hacer para conseguirlo toda clase de sacrificios” (Papa Pio IX + 1878).

 

 

Magdalena, Presidenta

La Voz de los Sin Voz XVIII

24 miércoles Abr 2013

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1, 53, abortivas, afirma, al, arzobispo, bandera, católicos, corregirlas, diócesis, Dios, eclesiásticos, elección, electoral, encuentro, enormemente, estilo, Europa Press, eutanasia, generar, gobernantes, guerra de Dios, huesca, Inmortale Dei, león XIII, ley del aborto, monjutas, monseñor, Montes, no salir, Oviedo, Papa, políticas, pontificado, PP, prelado, profundo, Salmo 14, Sanz, sólo un necio niega la existencia de Dios, seglares, sencillo, sorprendido, trincheras, valiente

                  Salomé: Desde su pontificado en la diócesis de Huesca, he seguido con gran entusiasmo la pastoral de monseñor Sanz Montes, arzobispo de Oviedo. Me encanta su estilo sencillo, profundo y valiente. Por obligaciones profesionales, estas pasadas semanas he leído muy poco. La entrevista concedida por nuestro arzobispo a Europa Press no tiene desperdicio. Transcribo parte de ella.

                  Monseñor Sanz Montes, afirma que está “enormemente sorprendido al comprobar como después de casi año y medio de gobierno conservador aún no se han puesto en marcha los trámites necesarios para modificar la Ley del Aborto… es igual de malo el generar políticas abortivas como el no salir al encuentro para corregirlas… si defendemos la bandera de la vida, tendremos como enemigos a esa oposición política, mediática y estructural, que dice sí al aborto y a la eutanasia, mientras que si decimos no a la corrupción y no a a determinadas alianzas, tendremos enfrente otra opción política. Son enemigos pero en distintas trincheras”.

                  Efectivamente, los que estamos en la guerra de Dios, tenemos enemigos en todas partes. El Prelado ha recordado lo que el PP enarboló en su día la bandera electoral, contra el aborto a  la hora de captar determinados votos. Mi padre, que ya peina algunas canas, me ha dicho que a él, no le sorprende nada la falta de memoria del PP. Afirma que, desde que los partidos políticos impusieron en España eso que llaman democracia, los políticos de todos los partidos, mienten torrencialmente. A mi padre no le ha engañado ninguno, pero hay muchos católicos, eclesiásticos, seglares, monjitas, que se han dejado engañar infantilmente. Perdonadme que me haya alargado tanto.

                  Juan: Yo te agradezco que nos hayas proporcionado una noticia tan consoladora. Y es verdad que hoy se miente torrencialmente. La primera gran mentira es la de que la fuente de todo poder está en el pueblo, en lo que diga la mayoría. La fuente de todo poder es Dios. Con la elección de los gobernantes: “se designa el gobernante, pero no se confieren los derechos del poder. Ni se entrega el poder como un mandato, sino que se establece la persona que lo ejerce” (León XIII, Diuturnum Illud, nº 3 y 4).

                  Salomé: Está clarísimo, el mismo Papa León XIII, lo enseña en otra de sus encíclicas: el poder no viene del pueblo sino de Dios, el gobernante debe su cargo y su título no al pueblo si no a Dios, por ley divina y natural (Inmortale Dei).

                  Santiago: El gobernante tiene como cometido principal, ordenar correctamente la sociedad a su fin que es el bien común y no el reparto de la tarta económica entre los partidos políticos, como vemos por todas partes.

                  Judit: Es verdad lo que estudiamos en nuestra juventud que, el hombre olvidado de Dios, se vuelve lobo para el hombre. En nuestros días esta verdad se ve perfectamente en que la actividad del Estado moderno sin Dios, consiste sustancialmente en el dominio del hombre por el hombre.

                  Pablo: Vamos a la catástrofe social y política por que las ideologías revolucionarias desprecian la naturaleza creada por Dios y pretenden cambiarla total y radicalmente, construyendo un mundo artificial y corrupto.

                  Rut: La Sagrada Escritura, afirma que sólo un necio niega la existencia de Dios (Salmo 14,1 y 53,1) y así no va con tantos políticos que desprecian a Dios y su santa Ley que además de ser necios, corrompen la vida natural de los pueblos.

                  Andrés: Por eso, esos necios también desprecian a España y su obra evangelizadora sin par, porque como dice Antonio de Mendoza: “España contribuyó a dar un salto de cuatro milenios, pasando del paleolítico o neolítico a la edad moderna de la mano del Estado más avanzado y civilizado de su época y lo que es más importante, que trataba por primera vez a los vencidos como iguales, en contraste con lo que ocurría entre las diferentes tribus y etnias, en que los vencidos eran sacrificados o pasados a ser esclavos”.

Magdalena Presidenta

Catecismo Social IV

13 miércoles Mar 2013

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1, 1 Juan, 10, 17, 19, 26, 28, 3, 43, abstracción, adorar, alma, amor, apasionado, aristóteles, artes, ateísmo, atracción, avalado, último término, única, ¿Cómo es Dios?, ¿Cómo es el alma?, ¿Cómo somos los hombres?, ¿Qué aprovecha el hombre ganar el mundo entero, ¿Qué entendemos por alma?, Bautismo, bienes naturales, blasfemia, bueno, captar, castigo, catecismo social, comer, compuesta, con, conceptos inmateriales, concupisciente, consecuencias del pecado original, consentimiento de todos los tiempos, convicción irrefutable, cosas, cristiano, cultura, cumplir perfectamente nuestros deberes, del hombre, deporte, desdichados, desgracia del hombre, Dios, divertirse, divinizarse, En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso, encarnación, entendemos, espiritual, espiritualidad, evangelista, evolución y plenitud de la vida sobrenatural, existir, felicidad, felicidad inmortal del alma, fin de la vida humana, freno para el progreso humano, gracia, gracia santificante, guarda los Mandamientos, hijos de Dios, hombre, hombre libre, ignorante, indeferentismo, infaliblemente, inmortalidad, intelectual, inteligencia humana, interior, investigación, investigar, jesucristo, justicia, justo, liberalismo, libertad, libertad perfectible, lo que se divide, lo que se mide, lo que se pesa, loq ue se toca, Lucas 23, Lutero, Mateo, MAteo 16, materia, meritoriamente, migajas, MIrad qué amor más entrañable nos ha manifestado el Padre, miserias, movemos, Mt.X, muerte del cuerpo, mundo, naturaleza, no somos buenos, no somos malos, no temáis a los que matan el cuerpo, nos, nosotros mismos, nuestras luchas, obrar racionalmente, omnipotente, participación de la vida divina, pensar, pero el alma no la pueden matar, pesimistas, pide, planos, por encima de todo, por la gracia, postulados, prójimos, premio, pues ha querido que nos llamáramos hijos de Dios y lo somos en efecto, pura, querer, razón recta, realidad, Redención, Rousseau, sabio, sacramento, san Juan, secreto radical, sensible, sentimos, sentir, separación de alma y cuerpo, si pierde su alma?, si quieres entrar en la vida, simplicidad, simplicidad del alma, sinrazón, soporte de todo el hombre, superior a cualquier tentación, sustancialidad, talla divina, taller donde se lucha y se alcanza, te´cnica, textos evangélicos, todos, todos los pueblos, trabajar, trabajo, unicidad, unida al cuerpo, unidad de operación, unidad de ser, universo, víctima, vicios, vida natural, vida sobrenatural, vida vegetal, vivimos

7 -¿Qué entendemos por alma? El alma es, según Aristóteles «aquello por lo cual en último término, la fotovivimos, sentimos, nos movemos y entendemos». O sea, el alma es lo que nos hace obrar racionalmente, así como sentir, pensar, querer y querer con libertad. El alma es lo que da unidad de ser y de operación. El secreto radical del pensar y del existir. Y el alma está unida al cuerpo en todos los planos de la naturaleza y de la gracia. Por esto el hombre necesita comer y trabajar, divertirse e investigar, pero también pensar, y mediante todo este conjunto divinizarse por la gracia que nos alcanzó Jesucristo con su Redención.

8 ¿Cómo es el alma?

El alma goza de unicidad, sustancialidad, espiritualidad, simplicidad e inmortalidad. Es única porque rige toda la vida vegetal, sensible, intelectual del hombre. Es sustancial porque es el soporte de todo el hombre. La separación de alma y cuerpo, produce la muerte del cuerpo. Y el alma es espiritual, o sea, es capaz de la abstracción, de captar conceptos inmateriales, de sentir la atracción por lo que está por encima de todo el universo. Esto reclama la simplicidad del alma, que no puede estar compuesta de lo que se pesa, de lo que se mide, de lo que se toca, de lo que se divide. Y explica que el alma debe ser inmortal. El fondo más profundo del hombre reclama la felicidad, el premio, el castigo, la justicia. Estos postulados exigen la inmortalidad del alma. De otra suerte Dios no sería ni bueno, ni omnipotente, ni sabio, ni justo. Imaginar esto, es pura blasfemia. Y lo que la inteligencia humana toca como infaliblemente reclamado por su propio ser, y esto avalado por el consentimiento de todos los tiempos y de todos los pueblos con una convicción irrefutable, maravillosamente responde a la realidad. Jesucristo, en su Encarnación, vino para que los hombres se hicieran dignos de la felicidad inmortal del alma. Recordemos estos textos evangélicos: «No temáis a los que matan el cuerpo, pero el alma no la pueden matar> (Mt. X, 28). «Si quieres entrar en la vida, guarda los Mandamientos» (Mt. XIX, 17). «¿Qué aprovecha al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?» (Mt. XVI, 26). «En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc, XXIII, 43).

9 ¿ Cómo somos los hombres y cómo es Dios?

Los hombres no somos buenos, como enseñan Rousseau y el liberalismo. Los hombres no somos malos, como afirman Lutero y todos los pesimistas. El hombre es libre, víctima de consecuencias del pecado original que le hacen ignorante, apasionado, concupiscente, pero que con la razón recta y, sobre todo, con la gracia, es superior a cualquier tentación. Ni esencialmente bueno, ni fatalmente malo. Sino dotado de una libertad perfectible y guiada para liberarnos meritoriamente de nuestras luchas y así cumplir perfectamente nuestros deberes con Dios, el prójimo y nosotros mismos. Y Dios, ¿cómo es? Dios es infinitamente Amor. Lo más cierto y claro que podemos decir de Dios es esto: ¡Qué bueno es Dios! Dios me ama. Cuando nos convencemos de esto, dichosamente nos enamoramos de Dios. Y ya en esta vida participamos de migajas de verdadera felicidad. Y el que ama a Dios le adora, le da gracias, le pide, se arrepiente de sus pecados. La desgracia del hombre es enamorarse de sus vicios, de sus miserias, de las cosas, de la materia. Entonces nos convertimos en unos desdichados que vamos vagabundeando por el laberinto de la sinrazón. No basta saber que existe Dios. Hay que enterarse de que Dios nos ama a cada uno personalmente con amor infinito. Y, oportunamente, tenemos la clave de todos los problemas. Porque amar a Dios alegra y pacifica nuestro interior. Así como el ateísmo y el indiferentismo sólo producen oscuridades, mala conciencia y amarguras.

10 En definitiva, ¿cuál es el fin de la vida humana?

Al hombre, además de haberle dado la vida natural, Dios le ha elevado a la vida sobrenatural. Esta maravilla se realiza en el sacramento del Bautismo. Aquí podemos recordar lo que nos dice el evangelista San Juan: «Mirad qué amor más entrañable nos ha manifestado el Padre, pues ha querido que nos llamáramos hijos de Dios y lo somos en efecto» (1 Jn., III, 1). Por eso el cristiano, al mismo tiempo que desarrolla los bienes naturales -la cultura, la técnica, el trabajo, las artes, el deporte, la investigación-, pone su acento en la evolución y plenitud de la vida sobrenatural. Esta no es un freno para el progreso humano, en su sentido verdadero, sino la que le da una trascendencia por encima de toda cortedad temporal y transitorio quehacer. Con la gracia santificante -participación de la vida divina- nos convertimos en hijos de Dios. Y el mundo es el taller en donde se lucha y se alcanza esta talla divina de nuestra existencia.

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Meditaciones y Pláticas del P. José María Alba Cereceda, S.I.

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“Espíritu Santo, infúndenos la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente”. Padre Santo Francisco.

"Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen. (Salmo 127, 1)"

Nuestro ideal: Salvar almas

Van al Cielo los que mueren en gracia de Dios; van al infierno los que mueren en pecado mortal

"Id al mundo entro y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado" Marcos 16, 15-16.

"Es necesario que los católicos españoles sepáis recobrar el vigor pleno del espíritu, la valentía de una fe vivida, la lucidez evangélica iluminada por el amor profundo al hombre hermano." San Juan Pablo II.

"No seguirás en el mal a la mayoría." Éxodo 23, 2.

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¡Por Cristo, por María y por España: más, más y más!

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