La democracia contemporánea es pagana y atea. La ideología racionalista y relativista que la impregna, desemboca en el agnosticismo y paganismo que lo invade todo. Los demócratas de todas las tendencias no necesitan a Dios, ni a su divina ley, para organizar la sociedad en las naciones donde han impuesto sus leyes positivas y contrarias a la ley natural y al derecho natural.

El comunista demócrata, Santiago Carrillo, dijo que: “Ni la gracia de Dios, ni la Providencia divina, ni ningún mandato, amparan la Constitución. Es la voluntad del pueblo la fuente legítima de todo poder”. Hace unos días me enteré que la comunista la Pasionaria confesó y comulgó antes de morir. Muchos comunistas que asesinaron a españoles por el hecho de ser católicos, hicieron lo mismo, antes de ser ajusticiados. No olvidemos nunca que todos pasaremos por el tribunal de Dios, que perdona a todos los arrepentidos. No olvidemos tampoco de que de Dios nadie se burla. A Él nadie puede engañarle, como se engaña hoy a los ciudadanos. No es el pueblo la fuente legítima de todo poder, es Dios. Los partidos políticos agnósticos y ateos, imponen sus leyes antinaturales y antidivinas.

Donde se implanta esta democracia, baja considerablemente la práctica religiosa de los ciudadanos. Y crean ídolos e idolillos, como la astrología, la magia, la raza… No olvidemos que Hitler, fue elegido democráticamente por la gran mayoría de los alemanes. Quiso imponer su ídolo racista pagano, asesinando a millones de personas inocentes. En las democracias actuales, se están asesinando a millones de niños y niñas inocentes, con la ley del aborto en la mano: mil setecientos veinte millones de personas. Crimen abominable que clama al cielo.

También en las democracias populares de la Unión Soviética, se asesinaron a más de cien millones de ciudadanos honrados, casi todos campesinos y obreros. Los todopoderosos del partido comunista, vivían y viven como faraones, mientras el pueblo soportaba la miseria. Los sueldos de los militantes comunistas eran “ínfimamente” superiores de los obreros. Comparen los sueldos de los políticos demócratas con los de los obreros en la actualidad.

Eso que llaman democracia, con sus leyes, espectáculos, modas… crean un clima social pagano y agresivo contra los católicos.

Hace poco que se ha publicado que los cristianos son el objeto del 85% de los “crímenes de odio” cometidos en Europa. Y el 95% de la violencia por motivos religiosos tiene como objeto a los católicos de Escocia. Los católicos son excluidos “democráticamente” de la vida pública y aumentan las agresiones contra los símbolos religiosos y profanaciones. Mientras tanto los demócratas viejos, contemplan cómodamente las barbaridades y crímenes de sus cachorros.

P. Manuel Martínez Cano mCR