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Respuesta del Cardenal Patriarca sirio de Antioquia
Beirut (Líbano), 7 de septiembre de 1937.
Eminencia Reverendísima:
Hemos tenido el honor de recibir vuestra misiva del 20 de julio, con la Carta Colectiva, en castellano, y después en francés.
En verdad, Eminencia, no podemos sino agradeceros y dar gracias a Dios por otorgarnos, merced a vuestro cuidado, luz plena sobre la situación española. Bendito sea el Divino Maestro, por haber concedido hasta el presente la victoria a su Iglesia y a la católica España, que encarna la valerosa nación ibérica. Hemos orado con toda nuestra alma, y seguiremos haciéndolo, para que Cristo Rey, por mediación de su Divina Madre, se digne conceder el triunfo final al Derecho y a la Libertad, que tan justamente defendéis. La sangre de tantos mártires es prenda segura de ello.
En nuestro Seminario Patriarcal trabajan religiosos españoles, y compartimos paternalmente con ellos la ansiedad legítima; la cual se ha de convertir pronto, así lo esperamos, en creciente alegría, hasta el gozo del triunfo definitivo.
Mientras llega ese hermoso día de resurrección maravillosa para vuestra amada y noble patria, aprovechamos la ocasión para daros, Eminentísimo Señor, el ósculo fraterno de la paz, y ofrecernos sinceramente humilde y devoto servidor de Vuestra Eminencia Reverendísima.
J. G., Cardenal Apouri, Patriarca sirio de Antioquía.
Carta del Arzobispo de Calcuta
Calcuta, 19 agosto 1937. Palacio Arzobispal.
Eminentísimo Señor:
El correo de Europa, llegado el 15 de agosto, me ha traído vuestra cariñosa carta de 20 de julio y el ejemplar castellano de vuestro admirable Informe sobre la situación de España. Hace meses que venimos poniendo ante los ojos del público las escasas noticias de origen nacional que hemos podido recoger, así como algunas cartas particulares, con objeto de contrarrestar la inundación de falsedades lanzadas por agencias sin escrúpulos, y reproducidas desgraciadamente por la prensa. Algo hemos logrado, no mucho; pero estoy cierto que la exposición de Vuestra Eminencia prestará un servicio enorme no sólo al mundo católico, sino a todos los pueblos del mundo, aun a los que están ya inficionados con el veneno comunista. Espero saldrá pronto la edición inglesa, y podremos aprovecharla en los periódicos.
Ni que decir tiene que en toda la archidiócesis se ruega fervorosamente por la España católica.
Quedo, con la más profunda veneración, humilde servidor en J. C. de Vuestra Eminencia.
† T. Verú, Arzobispo de Calcuta.