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Nuestra Señora de Czestochowa, patrona de Polonia, pasó un día en nuestra capilla. En realidad, hace muchos años que está en nuestra capilla. Pero el diez de enero llegó a nuestra casa el Icono de la Virgen de Czestochowa que peregrina por el mundo de océano a océano, desde Vladivostok en Rusia, hasta Fátima, en Portugal. La ruta por 23 naciones europeas, con un total de 18 mil kilómetros, en defensa de la vida. Después pasará a las Tres Américas.
En el acto de consagración de la civilización de la Vida y del Amor, rezamos esta oración que se rezó por primera vez el 28 de enero del 2012 en el santuario de Nuestra Señora de Czestochowa:
¡Virgen Santa, Purísima Madre de Dios, Virgen Inmaculada!
Te encomendamos la construcción de la civilización de la vida y del amor. Vivimos en los tiempos de la incultura de la muerte. Como Cristo en la Cruz muchos inocentes -niños no nacidos, niños, ancianos y enfermos- mueren injustamente víctimas del aborto, de las manipulaciones genéticas, de la eutanasia. El número de víctimas alcanza ya más de 2000 millones. Cada día matan 50 mil niños en el vientre de sus madres. Cada vez hay más medios que van contra la fertilidad y la vida.
Crece la infertilidad de los matrimonios. La vida humana, el don del hijo, empieza a verse como producto de la moderna tecnología, utilizándola, a veces para producir hijos portadores o carentes de determinados características. También se emplean embriones humanos como donantes de células y órganos. Miles y miles de embriones congelados en nitrógeno líquido, están entre la vida y la muerte.
La ley internacional no protege al niño no nacido. Hay países que legalizan la eutanasia. Se ataca al matrimonio y a la familia.
¡Madre Santa! Te prometemos que vamos a defender a la vida, especialmente a los más indefensos, a los más pequeños.
Estamos ante Ti, conscientes de que por nosotros mismos y solos, no podemos hacer nada. Sé nuestra Guía en la lucha por la vida. ¡Protege la vida! ¡Protege a las familias! ¡Haznos fuertes en este combate!
¡Ruega a tu Hijo por la victoria de la civilización de la vida y del amor!
El chófer de la Virgen, ingeniero de minas conquense, de joven asistió a nuestro campamento de León. Hablando con él, me dijo que en estos días se comenta mucho sobre Chaves, presidente de Venezuela, calificado por muchos como monstruo de la política. Pero él no descarta la posibilidad de que se arrepienta antes de morir y confiese, porque la Misericordia divina es infinita y el Señor le tendrá en cuenta que en Venezuela no existe la ley abominable y diabólica del aborto.
¡Vamos a construir la civilización de la vida y del Amor! Combatamos los nobles combates de la Fe intrépidamente, con nuevo ardor, sin temor alguno porque la Reina de los cielos nos protegerá siempre.
Oremos por los abortistas. El rey del aborto, el Dr. Nathanson se convirtió por la oración y el valiente testimonio de muchos católicos.
P. Manuel Martínez Cano, mCR
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