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Con dos meses de retraso, me han llegado las declaraciones de Fernando Ledesma, ex ministro de justicia del POSE, en las que afirma que le unen dos cosas a Pascual Salva, ex presidente del tribunal constitucional: su afición a los toros y la pertenencia de ambos a la masonería. Asimismo, he leído en el libro de José A. Ferrer Benimeli, “La masonería española contemporánea” varios principios masónicos: “La participación del pueblo en el gobierno por medio del sufragio universal, la separación de la Iglesia y el Estado, la secularización de la enseñanza y de la beneficencia etc.”, que son, precisamente, los principios de la “democracia moderna, atea y materialista.
El Papa León Xlll, al principio de su encíclica Humanum Genus, en la que analiza los principios masónicos, afirma: “En nuestros días, todos los que favorecen el campo peor parecen conspirar a una y pelear con la mayor vehemencia bajo la guía y con el auxilio de la masonería, sociedad extensamente dilatada y firmemente constituida por todas partes. No disimulan ya sus propósitos. Se levantan con suma audacia contra la majestad de Dios. Maquinan abiertamente la ruina de la santa Iglesia con el propósito de despojar enteramente, si pudiesen, a los pueblos cristianos de los beneficios que les ganó Jesucristo nuestro Salvador”
El mismo día que leí las declaraciones del masón Ledesma, leí la carta que monseñor Demetrio Fernández dirige a sus feligreses de Córdoba. Entre otras, afirma: “En un planteamiento en el que Dios es un estorbo la religión no cabe… ¿Religión en la escuela pública? –Ni hablar, nada de eso. Ni aunque el más del 90% de padres lo pidan para sus hijos. ¿Presencia de lo religioso en la vida pública? –Tampoco, ni aunque el 92% de la población sea bautizada católica”. La democracia moderna es la gran mentira. Los partidos políticos no representan la voluntad del pueblo ¡Cómo se explica que el pueblo español católico en el 92% no quiera la educación católica para sus hijos? El pueblo si quiere. Los que no quieren son los partidos políticos que “representan al pueblo en el parlamento”. Todo sin Dios.
En gallego, “demo”, es demonio. Estamos en el gobierno del demonio: la ateocracia partitocrática. Salía de una parroquia, un hombre que pasaba por delante de la puerta, se me acerca y me dice: “padre, puede usted proporcionarme un rosario. Hace unos días que ha muerto mi madre y ella lo rezaba cada día. Yo no sé rezarlo. Hace años que me separé de la Iglesia católica. Ingresé en una asociación masónica. Allí hablábamos de todo, menos de Jesucristo.”
¡Nada sin Dios! Así lo entendió y lo puso en práctica el generalísimo Francisco Franco Bahamonde. El artículo Tercero de la Ley de Principios del Movimiento Nacional, promulgada el 17 de mayo de 1958, dice: “La Nación española considera como Timbre de honor el acatamiento a la ley de Dios, según la doctrina de la santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única y verdadera y fe inseparable de la conciencia nacional, que inspiró su legislación”. El artículo noveno dice: “El ideal cristiano de la justicia social, reflejado en el Fuero del Trabajo, inspirará la política y las leyes”
El fuero de los españoles, promulgado el 17 de julio de 1945, dice en su artículo sexto: “La profesión y práctica de la Religión Católica, que es la del Estado español, gozará de la protección oficial. El Estado asumirá la protección de la libertad religiosa, que será garantizada por una eficaz tutela jurídica, que a la vez, salvaguarda la moral y el orden público.
El Fuero del trabajo, promulgado el 9 de marzo de 1938 comienza así: “Renovando la tradición católica de justicia social y alto sentido humano que informó la legislación de nuestro pasado, el Estado asume la tarea de garantizar a los españoles, la Patria, el pan y la justicia.” En el artículo segundo dice: “El Estado mantendrá el descanso dominical como condición sagrada de la prestación del trabajo…”
El artículo primero de la Ley de sucesión en la jefatura del Estado, del 26 de julio de 1946, comienza con estas palabras: “España, como unidad política, es un Estado católico, social y representativo, que de acuerdo con su tradición, se declara constituido en Reino”
Todos los españoles, sobre todo los jóvenes, deberían leer las llamadas leyes de Franco: Fuero del Trabajo ( 9 de marzo de 1938); Leu constitutiva de las Cortes(17 de julio de 1945); Ley de referéndum(22 de octubre de 1945); Ley de sucesión en la jefatura del Estado(26 de julio de 1946); Ley de principios del Movimiento Nacional(17 de mayo de 1958); Ley orgánica del Estado(1 de enero de 1967)
P. Manuel Martínez Cano mCR