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amor de Madre, devoción, felices para siempre, gozos de la eternidad, gracia dviina, Israel, madre verdadera, predestinados, réprobos, santísima virgen, virgen
200. 5.º En fin, los predestinados siguen los caminos de la Virgen, es decir, la visitan, y por esto son verdaderamente dichosos y devotos, y llevan la señal de su predestinación como se lo dice Ella: Dichosos aquellos que practican (Prov. 8,32) mis virtudes y que caminan sobre las huellas de mi vida, con el socorro de la gracia divina. Son dichosos en este mundo durante su vida por la abundancia de gracias y de dulzuras que de mi plenitud les comunico, y con más abundancia que a los que no me imitan tan de cerca; son dichosos en su muerte, que es dulce y tranquila, y a la que asisto ordinariamente para conducirlos yo misma a los gozos de la eternidad; en fin, ellos serán felices para siempre, porque ninguno de mis buenos servidores que han imitado mis virtudes en la vida se ha perdido jamás. Los réprobos, al contrario, son desgraciados durante su vida, en su muerte y en toda su eternidad, porque no imitan a la Virgen en sus virtudes, contentándose con inscribirse alguna vez en sus Congregaciones, con recitar alguna oración en su honra o con hacer alguna otra devoción exterior.
¡Oh Santísima Virgen, mi bondadosa Madre: cuán felices son, repito, con los transportes de mi corazón, cuán felices los que, no dejándose seducir por una falsa devoción hacia Vos, siguen fielmente por vuestros caminos, observando vuestros consejos y vuestras órdenes! Pero ¡qué desgraciados son los que, abusando de vuestra devoción, no guardan los mandamientos de vuestro Hijo! Son malditos quienes de tus mandatos se desvían (Psalm. 119,21).
201. Ved ahora los actos de caridad que la Virgen, como la mejor de todas las madres, hace para con sus fieles servidores, que se han entregado a Ella del modo que he dicho, y según la figura de Jacob.
1.º Ella los ama
Amo a los que me aman (Prov. 13,17). Ella los ama: 1.º, porque es su Madre verdadera, y una madre ama siempre a su hijo, fruto de sus entrañas; 2.º, los ama por reconocimiento, porque efectivamente ellos la aman como a su buena Madre; 3.º, los ama porque, estando predestinados, los ama Dios. Jacob amó, Esaú odió (Rom. 9,13); 4.º, los ama porque están enteramente consagrados a Ella, y son su posesión y su herencia. Heredar en Israel (Eccle. 24,13).
202. Los ama tiernamente, y más tiernamente que todas las madres juntas. Poned, si os es posible, todo el amor natural que las madres de todo el mundo tienen hacia sus hijos en el corazón de una sola madre para con su hijo único: esta madre amará ciertamente mucho a su hijo; sin embargo, la verdad es que María ama aún más tiernamente a sus hijos que esa madre puede jamás amar al suyo.
No los ama solamente con afección, sino con eficacia: su amor para con ellos es efectivo y afectivo, como el de Rebeca para con Jacob, y aun mucho más. Véase lo que esta buena Madre, de quien Rebeca era no más que figura, hace por obtener para sus hijos la bendición del Padre celestial.


