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Me preguntas que te diga qué vas a hacer este verano, que te señale un plan para este verano. Se reduce a una palabra: aborrece la FRIVOLIDAD.
Cuando el gran general Antonio que había de dilatar el Imperio Romano llegó a Egipto para conquistar el país y penetrar en Asia, fue invitado una mañana a pescar por Cleopatra. Pasaban las horas y el general romano no pescaba nada pero sí Cleopatra. “¿Cómo es posible, reina, que yo no pesque ni uno, mientras vos no cesáis de hacerlo?” dijo Antonio. Le respondió Cleopatra: “Esta es frivolidad propia de mujer que se entretiene en estas pequeñeces. Pero tú has venido a pescar no pececillos sino ciudades, reinos, gloria.”
Con mayor razón tú que el gran emperador romano. Tú no estás aquí para la frivolidad de un entretenimiento momentáneo. Sino para ganarlo todo y ganarte a ti mismo para el servicio de Dios. Este no es un programa de niños. Es un programa para verdaderos hombres y mujeres. Fíjate en estos cinco puntos:
1.- Date a tu trabajo. Si estás en la oficina, en el taller, en clase, en el campamento, entrégate al trabajo y desarrolla en él toda tu personalidad. Tienes que llegar a ser responsable, competente, diligente.
2.- Date a tu familia. No pongas límites a tu generosidad. Si hay alguna fricción en casa, si hay riñas en la familia, no debes coger el camino más fácil que es el ausentarse. Cada uno en tu familia, sobre todo tus padres, esperan tu servicio.
3.- Date al estudio. Has de estudiar no solamente lo profesional, los estudios propiamente dichos, sino los libros que debes leer para nutrir tu inteligencia y para hacerte más profundo. Un libro este verano. Elegir libro y subrayarlo.
4.- Programar tu tiempo libre en compañía de tus amigos y compañeros del Centro. Excursiones, salidas…todo en compañía de los demás. Para profundizar y estrechar más y más los lazos de amistad.
5.- Darte más a Dios. Podrás recibir frecuentemente al Señor. Podrás asistir mejor a la Santa Misa. Podrás dedicar más tiempo a la visita al Santísimo. Podrás tener más tranquilidad para meditar. Podrás leer más piadosamente la lectura espiritual.
Pon en práctica estos puntos y no tendrás nada que ver con la frivolidad.
Feliz y dichoso verano de 1978.
Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 18, julio de 1978
