Narra la historia de Roma que el viejo, austero y patriota senador Catón solía terminar sus

intervenciones, o añadir a la de los demás senadores como una apostilla, con la frase: “Delenda est Cartago” (Hay que derrotar a Cartago). Cartago era el problema fundamental de la república romana en aquel entonces, y Catón llamaba constantemente la atención de sus compatriotas.

El mundo de hoy camina a la ruina. No a la ruina que se provoca desde el exterior. No estamos en una guerra de galaxias, sino en una autodestrucción. Nuestra respuesta en medio del mundo que nos ha tocado vivir por voluntad de Dios ha de ser: “Semper María” (MARÍA SIEMPRE).

El mes de Mayo florido y hermoso por la belleza de sus cielos y de sus flores ha de ser para nosotros un nuevo motivo para repetir a nuestra alma, para vivir a pleno pulmón: SIEMPRE MARÍA.

Con María podremos vencer siempre la tentación al pecado. En este mundo del que decía Pío XII, caminaba inconscientemente por derroteros que arrojan al abismo almas y cuerpos, civilizaciones y pueblos, viviremos en gracia: Gracia de María.

La infección herética que contagia a tantos y tantos de nuestros contemporáneos, que convierte su inteligencia en tinieblas e ideas locas, no penetrará en nosotros pues María es la Reina de la verdad.

Ante los poderes mundanos, aparentemente invencibles nuestra esperanza es María. Ella hará que vivamos en pureza, que vivamos un noviazgo modelo, que nuestros matrimonios sean copia del de Nazaret, que haya cosecha de vocaciones para el servicio de Dios. “SIEMPRE MARÍA”.

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 28, mayo de 1979