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la verdad os hará libres, liberalismo, libertad, racionalidad, voluntad
IV. LIBERTAD Y LIBERALISMO
1 -¿ Qué es la libertad?
La libertad es el atributo de la voluntad personal, por la que puede autodeterminarse. La libertad
supone la racionalidad. Y ésta debe iluminar la voluntad. Así es desde un plano metafísico. Pero la libertad supone también condiciones éticas. Y por ello necesitamos que las pasiones sirvan a los dictámenes de la razón recta, y en el foro exterior, que las leyes encaucen y ayuden el ejercicio de la libertad. En el Vaticano II se habla así de la libertad: «La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina en el hombre (17)… Es Dios Creador el que constituye al hombre inteligente y libre en la sociedad (21)… La orientación del hombre hacia el bien sólo se logra con el uso de la libertad, la cual posee un valor» (17) (Constitución conciliar sobre la Iglesia y el mundo).
2 -La libertad, ¿debe seguir la luz de la verdad que capta el entendimiento?
Exactamente. Y así Pablo VI nos ha dicho: «La verdad debe ser la raíz de la acción, de la liberjtad, Lo dijo el Señor: LA VERDAD OS HARÁ LIBRES. No se encuentra en el buen camino quien antepone la acción al pensamiento, la práctica a la doctrina, el voluntarismo a la sabiduría, la llamada teología de la liberación a la teología de la Revelación» (27-IV-1975).
3 -La propia conciencia, ¿no basta como último criterio para asegurar el perfecto ejercicio de nuestra libertad?
No, y esto hay que entenderlo bien. Pablo VI lo ha enseñado contundentemente: «La conciencia moral es, ciertamente, el criterio próximo e indispensable de la honestidad de nuestras acciones … ; pero la conciencia tiene necesidad de ser instruida, informada, orientada acerca de la bondad objetiva de la acción a llevar a cabo; su juicio instintivo e intuitivo no es suficiente; ha menester de una norma, ha menester de una ley; de otro modo, su juicio puede alterarse bajo el impulso de las pasiones, de los intereses o de los ejemplos ajenos. De esta manera, la vida moral vive de utopías o de instintos; y, como hoy acontece, es una vida moral doblegada a las circunstancias exteriores, a las situaciones, con todas las consecuencias de relativismo y de servilismo que se derivan, hasta comprometer la rectitud de conciencia, que llamamos carácter, y hacer de los hombres una masa de cañas agitadas por el viento» (8-VIII-1973).
4 -Luego, si la libertad es tan importante, ¿hemos de ser liberales?
El liberalismo no es la defensa de la libertad, sino su negación. Porque hay que distinguir entre libertad física y libertad moral. Físicamente, cualquiera puede matar a su padre, a su amigo, a un desconocido. Le basta con utilizar un arma de fuego u otro medio violento y homicida. Esto es libertad física. Pero la libertad moral tiene otros cauces. Moralmente nadie puede matar a su padre, ni a su amigo, ni a otro hombre, por su cuenta y riesgo, sin justificación alguna. ¿Por qué? Porque la libertad humana tiene unos cauces superiores a lo meramente brutal, animal, instintivo. El liberalismo proclama la libertad física, y desconoce la libertad moral.
5 -¿ Cómo se puede definir la libertad?
La libertad no consiste en hacer lo que a uno le viene en gana. Esto, es la libertad física, tan absurda y de tan terribles consecuencias. Tampoco la libertad consiste en escoger indiscriminadamente el bien y el mal. Que el hombre pueda físicamente hacer el mal, no es ninguna perfección. Como no lo es que el cuerpo pueda estar enfermo, canceroso. Como no lo es que el coche desobedezca la señalización y se precipite por un barranco, mate a los peatones, o haga otros estropicios. La libertad del cuerpo es la salud. La libertad del coche la circulación perfecta, la conducción reglamentada y alcanzar el objetivo de la meta. La libertad para el hombre es el poder de elección de aquellos medios que le conduzcan a su fin de hombre y de cristiano. Cuando se emplean medios que nos deshumanizan, nos corrompen, nos degeneran, no ejercemos la libertad. Sino la depravación que inutiliza la libertad para fines que no son propios de un hombre ni de un cristiano. La libertad supone el conocimiento de lo que nos corresponde y también el empleo de la voluntad al servicio de la verdad obtenida. La libertad está en función de la verdad. Entonces, la libertad se convierte en el medio más maravilloso para nuestra realización.