Infocatólica nos informa que el Dr. Morín ha sido absuelto por la Audiencia de Barcelona por los supuestos abortos ilegales que se produjeron en dos clínicas de Barcelona dirigidas por este médico.

Es de alabar la reacción de E-cristians que anuncia que recurrirá la sentencia sobre el Dr. Morín porque la considera un escándalo. También Gádor Joya se ha manifestado contra la sentencia: La grave injusticia cometida por la Audiencia de Barcelona es una patente de corso para la práctica del aborto ilegal.

¿Aborto legal e ilegal? ¡Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente! palabras del Beato Juan Pablo II en la capital de España. Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. ¡Cuánta hipocresía! ¡Cuánta maldad! Las constituciones democráticas dicen: Todos tienen derecho a la vida y todos los Estados democráticos asesinan a millones de niños y niñas inocentes que viven en el vientre de sus madres. El aborto es el genocidio permanente, asesinato de personas humanas inocentes e indefensas.

Los demócratas parten del principio luciferino de fundamentar sus leyes en lo que dice la mayoría, manipulada por las oligarquías de los sin Dios y los del capitalismo salvaje. No se puede fundamentar la verdad y el bien en ese criterio perverso y satánico. La fuente de donde manan el bien y la verdad son los Mandamientos de la ley de Dios. El Altísimo dice: no matarás al inocente.

El aborto, asesinato de personas inocentes, es satánico: Apártate de mí, Satanás, tú me sirves de escándalo, porque no sientes las cosas de Dios, sino la de los hombres, dice Nuestro Señor a San Pedro. Y la democracia está fundamentada sobre los sentimientos volubles de los hombres y mujeres, manipulados por los hijos de las tinieblas. La democracia actual es anticatólica. La democracia sin Dios es el dios permanente: las naciones enfrentadas a Dios y a su ley natural y divina.

El gran teólogo Cornelio Fabro ha escrito que cuando se desprecia la ley de Dios, el hombre se rebaja a mero animal: se cae necesariamente en lo infrahumano y la práctica sistemática de la violencia privada y política. El aborto es el paradigma sangrante.

El beato Juan XXIII, que convocó el Concilio Vaticano II, que calificó el aborto crimen abominable, en su encíclica Mater et Magistra, afirma que: el aspecto más siniestramente típico de la época moderna es la absurda tentativa de querer reconstruir un orden temporal sólido y fecundo prescindiendo de Dios, único fundamento en que puede sostenerse. Sin embargo, la experiencia cotidiana, en medio de los desengaños más amargos y aún a veces entre formas sangrientas, sigue atestiguando lo que afirma el Libro inspirado: Si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los que edifican.

¡Nada sin Dios!

P. Manuel Martínez Cano, mCR.

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