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Pablo: Hace varias semanas que Judit propuso que habláramos de la ideología de género. Esta semana, María se ha presentado con el número 181 de la revista Razón Española que publica un asunto de actualidad del que apenas aparece una noticia en los medios de comunicación del democratismo imperante. Se trata de “el hembrismo”, la discriminación de los hombres a favor de las mujeres.
Salomé: Pero esto no es nada nuevo, tiene hondas raíces, porque es un paso
más para destruir la familia mediante la marginación del varón-padre. Y las leyes actuales lo permiten.
Santiago: Quieren destruir la familia y al hombre y a la mujer, tal y como Dios los ha creado. El jurista y magistrado José Luis Requero Ibáñez afirma: “Para la ideología… la sexualidad no es constitutiva sino optativa: no se es ni hombre ni mujer, se opta por ser hombre y/o mujer porque ser hombre o mujer forma parte de “roles socialmente construidos”.
María: El título del extraordinario articulo de Razón Española es “El hembrismo como estadio final del marxismo”, de Fernando José Vaquero Oroquieta quien en ocho puntos condensa un estudio profundísimo. Aquí los tenéis:
1 – Institucionalización de un enfrentamiento permanente entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, especialmente en el seno familiar; con la inevitable manipulación de los hijos en aras de conseguir su posicionamiento frente al otro.
2 – Destrucción de la personalidad masculina, mediante los mecanismos psicológicos y sociales del sentimiento de culpa y de inferioridad, al objeto de invalidarlo para el ejercicio de la autoridad familiar, causa de todos los males para el feminismo radical; violentando igualmente la afectividad y expresiones masculinas en aras de un hipotético y aceptable <<componente femenino del varón>>.
3 – Sometimiento de la mujer a un nuevo régimen patriarcal – el de la protección de un Estado en deriva totalitaria – ante las potenciales agresiones físicas y emocionales de los hombres.
4 – Eliminación de los sentimientos naturales de intimidad y pudor, banalizando la sexualidad; al ser entendidos por la ideología de género como subproductos culturales de base religiosa al servicio de la dominación machista.
5 – Extensión, como alternativa patológica a los fracasos afectivos, de las dependencias: juego, pornografía, drogas, sexo compulsivo (especialmente entre los varones), consumismo desenfrenado (entre las mujeres, pero de manera creciente, también entre los varones), etc. A destacar en ésta área, la medicalización extensiva de buena parte de la población, especialmente la femenina, mediante psicofármacos; sustitutivos del desamor y los crecientes índices de infelicidad femenina hechos públicos en recientes estudios demoscópicos especialmente en el Primer Mundo.
6 – Extensión del daño moral y la confusión personal especialmente entre los jóvenes; carentes de referentes masculinos netos. A los que, por otra parte, se propone la experimentación sexual con parejas del mismo sexo, así como la anticipación temprana y la acumulación de contactos sexuales, como métodos de autoconocimiento personal.
7 – Transformación de la mujer, desvinculada de la maternidad, en mano de obra al servicio de los grandes intereses económicos transnacionales, al potenciar el trabajo fuera del hogar como referencialmente adecuado a su potencial crecimiento e instrumento de su liberación.
8 – Desprecio de la natalidad, acorde con los proyectos neomalthusianos de poderosos lobbys internacionales, como la Fundación Rockefeller y los nuevos filántropos antinatalistas como Bill Gates; con la consiguiente indiferencia ante el evidente envejecimiento de la población mundial – especialmente en Occidente, pero también en Argentina, Japón, Corea del Sur y China – derivado de la suma de los planteamientos anteriores.
Magdalena: Casi vomito al leer lo que una de las llamadas intelectuales feministas, Kate Millet, manifestó con aires demoníacos: “la mujer que se acuesta con un hombre lo está haciendo con su enemigo”.
Magdalena, Presidenta