Etiquetas
absoluta, actos, alma, amor, asesoró, campeonato, clases, cometer pecado, concilio vaticano II, contra, cosas extrañas, demonio, demonios, diablo, ejercer, el padre solá y el demonio, endemoniados, entregar alma al demonio, erenidad, es, espíritu sobrenatural, esporádica, exorcismos, extraordinario, Fancisco de Paula Sola, fenómenos, ha tomado, hombre, humidldad, humildad, Iglesia, influencia diabólica, intelectual, jalea de miel, jesús, josefólogo, laureada, libertad, mariologo, medio, medios de comunicación social, memoriones, mentales, momentos determinados, mujer, mundial, nada, nervios, normas, obispos españoles, P., padre, padres, parasicológicos, patológicos, permamente, persona, posesión, posesión del cuerpo, posesión diabólica, prensa escrita, prudencia, quitar, rabos de higo, radio, recordar, responsable, San José, santísima virgen maría, teólogo, televisión, temporal, trastornos, Virgen Maria, voluntariamente
El P. Francisco de Paula Solá, que en gloria esté, durante varios años fue muy solicitado
por los medios de comunicación social, televisión, radio, prensa escrita, para hablar del demonio, la posesión diabólica y los exorcismos. Muchas personas lo conocieron por esto. Pero la inmensa mayoría no sabe que el P. Solá fue un extraordinario teólogo que asesoró a los obispos españoles en el Concilio Vaticano II. Fue un gran mariólogo y josefólogo. Escribió muchísimo de la Virgen María y san José.
Me gustaría recordar ahora algo de lo mucho que aprendí en sus clases, pero no puede ser. En el campeonato mundial de memoriones quede el penúltimo, porque el último necesitaba ese título para alcanzar la laureada de la humildad. Pero ya que estamos con los exorcismos y los endemoniados vamos a ver si la jalea de miel y los rabos de higos funcionan.
El padre decía que el exorcista necesita tener mucha serenidad y mucho espíritu sobrenatural, mucho amor a Jesús y a la Santísima Virgen María y seguir siempre las normas de la Iglesia. Nos decía que siempre ha habido endemoniados, Jesús expulsó varios demonios, pero hay que ir con mucha prudencia en este tema, porque muchas veces se trata de trastornos patológicos, nerviosos o mentales. Un endemoniado es una persona de la cual ha tomado posesión el diablo. El demonio puede tomar posesión del cuerpo de una persona, no del alma, a no ser que el hombre o la mujer voluntariamente se entreguen en cuerpo y alma al demonio. El demonio no puede ejercer nada contra la libertad absoluta e intelectual de la persona. Si el demonio consigue quitar la libertad a una persona, ésta es irresponsable y, por lo tanto, no puede cometer pecado, porque no es responsable de sus actos; los actos los realiza el demonio por medio de ella.
La posesión diabólica puede ser permanente o temporal; esporádica, en momentos determinados. Pero a veces no es posesión diabólica sino influencia diabólica, muy frecuente en nuestros días. Se trata de una influencia que se manifiesta en cosas extrañas, que a veces se toman como fenómenos parasicológicos, pero que en realidad son influencias diabólicas.
Intentaré recordar algo de sus clases en próximas semanas.
P. Manuel Martínez Cano mCR

