cerroangelescristoEspaña será cristiana o no será. Son palabras del ministro del interior, Jorge Fernández, pronunciadas en el transcurso de una cena de gala celebrada en la Embajada de España ante la Santa Sede. Esta frase del ministro salió en el primer artículo de Contracorriente el día 18 de octubre. Exactamente Torras y Bages, obispo de Vic, dijo: Cataluña será cristiana o no será.

Me consta que Jorge Fernández es un católico practicante. Adoradores nocturnos del Templo Nacional Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús del Tibidabo (Barcelona), me han dicho, muchas veces, que han visto a Fernández en el Templo. Con motivo de una Vigilia Extraordinaria de la Adoración Nocturna Española, celebrada en la Basílica de nuestra Señora del Pilar, estaba yo oyendo confesiones, sentado en una silla, al aire libre, en la Plaza del Pilar y pasó él con unos amigos delante de mí. Un religioso, que va de un lugar a otro de España para dar los Ejercicios Espirituales de San Ignacio a monjas contemplativas, me dijo el año pasado que Jorge Fernández, antes de ser ministro, visitó varios monasterios.

Yo tengo para mí, que España no será cristiana en esta democracia que han impuesto partidos políticos y ateos. Lo rocambolesco y trágico es que en todos esos partidos hay afiliados católicos. Católicos que han conservado leyes absolutamente  anticatólicas como el divorcio, el aborto, experimentación con embriones, igualdad entre el matrimonio y la unión de homosexuales o lesbianas, etc. Al principio de esta democracia, un obispo a quien he querido siempre, recibió la visita de un político de la misma ideología que el PP. Pedía recomendaciones. La respuesta del obispo fue: Yo ya sé que tú eres católico sincero, pero tu partido político es agnóstico.

Franco sí fue un  político católico. Todas las leyes que promulgó su régimen político eran católicas, fundamentadas en el magisterio social y político de la Iglesia. El régimen político de Franco -que muchos denominan democracia orgánica- consiguió el pleno empleo. Los obreros gozaban de un bienestar material que nunca lo habían disfrutado antes los trabajadores en España.

Los piadosos políticos católicos deben despertar de sus sueños democráticos-agnósticos-materialistas. Deben ser coherentes con su fe ¡Siempre! Lean lo que dice el Vicario de Cristo: En materias opinables es lícita toda discusión moderada con deseo de alcanzar la verdad, pero siempre dejando de lado toda sospecha injusta y toda acusación mutua. Por lo cual, para que la unión de los espíritus no quede destruida con temerarias acusaciones, entiendan todos que la integridad de la verdad católica no puede en manera alguna compaginarse con las opiniones tocadas de naturalismo y racionalismo, cuyo fin último es arrasar los cimientos de la religión cristiana […] Tampoco es lícito al católico cumplir sus deberes de una manera en la esfera privada y de otra forma en la esfera pública (León XIII).

La verdad, esa es la clave. Yo soy la Verdad, dijo Cristo. Verdad que nos enseña el magisterio de la Iglesia católica. Su Santidad Benedicto XVI ha dicho: La renuncia a la verdad es el núcleo de la crisis de Occidente. Siendo presidente de la Congregación para la doctrina de la fe, publicó el año 2002, una nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, en la que el Cardenal Joseph Ratzinger decía: Cuando la acción política tiene que ver con principios morales que no admiten derogaciones, excepciones o compromiso alguno, es cuando el empeño de los católicos se hace más evidente y cargado de responsabilidad.

Responsabilidad y coherencia, hermanos políticos.

P. Manuel Martínez Cano, mCR

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