El 29 de octubre Monseñor Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba, bendijo un Economato Social para atender mejor las  necesidades de personas con dificultades económicas. Los últimos meses se han duplicado las demandas de ayuda económica. Caritas de Córdoba cuenta con 900 voluntarios que atendieron, en 2011, a más de 36.000 pobres.

El iluminado secretario de Comisiones Obreras de Córdoba ha comparado a Cáritas con la mafia por la apertura de ese nuevo Economato del que se benefician 200 personas con problemas económicos. Iluminados los ha habido siempre y por todas partes del mundo. En España decimos piensa el ladrón que todos son de su condición.

Tome nota, secretario: la memoria anual de 2010 de Cáritas señala que, en términos locales, su red asistencial atendió a seis millones y medio de personas en sus distintos programas  y millón seiscientas mil personas en España y en el extranjero, en distintos planes de cooperación. Si un sindicato decrépito tiene celos de Caritas en Córdoba es porque Caritas hace una misión muy eficazmente (Tomás de la Torre, sacerdote de Jaén), celos y quién sabe si odio.

El profesor Jesús Neira en su artículo El control del déficit público publicado en Razón Española de los meses septiembre-octubre de 2012, enumera una serie de gastos superfluos que podían eliminarse: El Senado, el Tribunal Constitucional, las comunidades autónomas o uniprovinciales (para mí, todas), las subvenciones a los partidos y los sindicatos etc. Los sindicatos sobran.

La contraportada de la revista Meridiano Católico de los mismos meses presenta testimonios de unos trabajadores. El ateo de todas las religiones afirma que en su declaración de la renta pone la cruz en la casilla de la Iglesia Católica. Y dio sus razones. Transcribimos la primera: En mi pueblo hay unas religiosas que cuidan a los obreros enfermos por las noches en sus propias casas sin cobrar nada. Los testimonios terminan con el siguiente: con los partidos políticos y los sindicatos se habría de hacer lo mismo que con la Iglesia y las ONG. Quien quiera partidos políticos y sindicatos decrépitos, que ponga la crucecita en las casillas correspondientes de estos nuevos capitalistas de la democracia.

P. Manuel Martínez Cano, mCR.

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