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1, bueno, confusión, haz el bien y evitar el mal, Jean Madirán, libro de la Sabiduría 13, malo, para dirigir bien a la sociedad, primer principio de la ley natural, religión de Estado, santo Tomás, sentido común
Sara: Lo que más desconcierta hoy a las personas de sentido común, es la confusión que existe en saber lo que es bueno o malo. En nuestros días se ha perdido el primer principio de la ley natural: “haz el bien y evita el mal”. El aborto es un crimen abominable, no un derecho democrático.
José: Nunca los enemigos de la Iglesia y de la España Católica han tenido tantos medios para mentir y calumniar a los grandes españoles católicos. Franco fue un católico extraordinario, que venció a la pobreza y el paro elevando a España a la séptima potencia industrial del mundo. No lo que afirman los de lo correctamente político.
María: Sobre todo, Franco venció a los enemigos de Dios que destruyeron todo vestigio sagrado. Él, y los buenos católicos españoles, reconstruyeron las iglesias, monasterios, capillas, seminarios para que España volviera a dar culto a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Mateo: los partidos políticos, por definición y experiencia histórica, solo se preocupan del bienestar material de sus afiliados y poco más. No saben que el bien común abarca los bienes materiales de todos los ciudadanos y, sobre todo, y principalmente, los bienes espirituales.
Judit: Cuando en las universidades se explicaba filosofía y no se prescindía, como ocurre ahora, del gran filósofo, nos enseñaban que , para dirigir bien a la sociedad, se requieren tres cosas indispensables: “Que la sociedad esté establecida en la unidad y la paz… que la sociedad, unida con éste vínculo, sea dirigida a la práctica del bien… la tercera cosa necesaria para la buena dirección de la sociedad, es que el gobierno sabio de un rey provea a todo lo indispensable para vivir bien; y conseguido esto, velar por su conservación” (Sto. Tomás)
Santiago: Es verdad, en otros tiempos se estudiaba lo que es más necesario para el hombre y la mujer, los bienes espirituales, sin olvidar los materiales. Pero en torno a nuestro, hay muchas personas que sufren una ignorancia invencible que, por sí mismas no pueden superar. Debemos rezar mucho por ellas, aunque nos distraigamos durante la oración, porque el Señor nos escucha. Eso sí, sin distraernos voluntariamente.
Salomé: Estamos en tiempos muy difíciles. No solo hay muchísima ignorancia individual y personal. Hay muchas estructuras injustas, fruto del pecado que incitan al pecado. Espectáculos inmorales, leyes antihumanas hedonismo social.. Nuestra lucha debe encontrarse contra esas estructuras y toda clase de pecado.
Juan: Lo estamos viendo y los grandes intelectuales católicos lo están diciendo pero no son escuchados. Otras voces hacen más ruido y halagan las malas pasiones humanas. Así, Jean Madirán, gran intelectual católico francés, nos advierte: “Por doquier, en los puestos más elevados del gobierno, de la enseñanza, de la información, reina con un sectarismo absoluto la nueva religión: la democracia moderna, es decir una religión de Estado, una religión que excluye a Dios”.
Magdalena: Sí, parece como si los hombres y mujeres de nuestro mundo, vivan de la mentira y la necedad. El libro de la Sabiduría 13,1 dice: “Sí, vanos por naturaleza son todos los hombres que han ignorado a Dios, los que, a partir de las cosas visibles, no fueron capaces de conocer a “Aquel que es” y al considerar sus obras no reconocieron a su artífice”.
No siempre fue así en nuestra patria, España, que: “ha procurado llevar la civilización cristiana a todas las naciones del globo… España fue grande en los pasados tiempos, porque fundaba su grandeza en propagar la religión cristiana, servirla y defenderla y hacer para conseguirlo toda clase de sacrificios” (Papa Pio IX + 1878).
Magdalena, Presidenta



