Pedro: Cada vez más, oímos la palabra tolerancia aplicada a mil casos distintos. La tolerancia o intolerancia hace relación a la práctica. Santo Tomás de Aquino, decía que en algunas circunstancias se podía tolerar la prostitución. Lo que no debemos ceder nunca es en los sanos principios. Debemos ser intransigentes en la defensa de la doctrina cristiana.
Salomé: El Cardenal Newman, definió la religión del Anticristo como una religión y sociedad sin bien y sin verdad, sin principios. Es la religión del indiferentismo que desarrolla la democracia en todos los ámbitos humanos.
Santiago: España luz de Trento y evangelizadora de medio mundo, se arruinó en la evangelización de Hispanoamérica. Según el profesor colombiano Luis Corsi Otálora, especialista en historia de la economía, América fue para España una sangría económica. Los hechos históricos así lo indican.
Judit: Los enemigos de Cristo y Su Iglesia son innumerables, san Juan los engloba a todos con el término “mundo”. El mundo ha declarado su independencia total y absoluta de Dios. Nosotros defenderemos hasta la muerte, contra el mundo y su dios, el demonio, la soberanía de Cristo Rey en todas las realidades humanas. ¡Viva Cristo Rey!
Pablo: ¡Viva María Reina! Nuestro Sumo Pontífice, Francisco, nos ha dicho que “la Mamá, la Virgen Santísima, nos hace fecundos”. La Iglesia tiene muchos enemigos. Nosotros vivimos entre ellos. Lo que supone hacernos cargo de ellos porque Dios no quiere “la muerte del pecador, sino que se convierta y viva” (Ezq. 32,11). Debemos combatir hasta conseguir que este mundo salvaje se convierta en humano y cristiano.
Rut: Hoy, que tanto se habla de las libertades democráticas y de los nuevos derechos humanos, tenemos el deber de recordar a nuestros coetáneos que vivimos dominados por políticas corruptas y tiránicas; por el estatismo ideológico progresista que asesina millones de niños y niñas inocentes e indefensas.
María: No conozco a ningún partido político que tenga como fin de su política el bien común de su patria. Los partidos políticos sólo se preocupan de su interés particular. Que cada ciudadano aguante su vela; los seis millones de parados que se aguanten también, pueden y deben tomar las medidas necesarias para que acaben tantas injusticias.
Mateo: El “ángel del Alcázar”, Antonio Ribera decía a sus compañeros: Disparad pero disparad sin odio. Sí, pacifistas míos, hay guerras justas. La guerra no implica necesariamente odio. Por amor a la Patria se debe luchar con las armas hasta la muerte. Y con el apostolado hasta la denigración, la calumnia y la “muerte”, ante los medios de comunicación social democráticos.
Sara: Los pacifistas de nuestros días, tan amantes de la partitocracia y tan enemigos del ejército, deben saber que no son los militares, sino los políticos, los que declaran las guerras contras sus enemigos.
José: La Iglesia no tiene ningún partido político, pero los católicos tenemos el sagrado deber, recordado por el Concilio Vaticano II, de cristianizar la política en todas las naciones.
Magdalena: Liberales, socialistas y toda clase de progresistas serán siempre enemigos de la Doctrina social y Política de la Iglesia. Porque la Iglesia enseña que el fin de la política es el bien común en el orden natural y sobrenatural. Y la partitocracia, es enemiga visceral del bien de los demás; sobre todo, del bien sobrenatural.
Magdalena, Presidenta