Contracorriente

~ Blog del P. Manuel Martínez Cano, mCR

Contracorriente

Archivos diarios: 5 junio, 2013

Página para Meditar

05 miércoles Jun 2013

Posted by manuelmartinezcano in Padre Alba, Uncategorized

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Corazón Inmaculado de MAría, nada podemos sin María, página para meditar, san juan de ávila, Santa Catalina

Dios nos ha manifestado claramente su voluntad. Pudo redimirnos sin María y no quiso. Tampoco quiere salvarnos y santificarnos sin María. Dios creó a María para hacerla nuestra madre y santificó a María para hacerla causa de nuestra santificación. Nada podemos sin María. Todo lo podemos en los brazos de María.

Toda la vida cristiana pasa por María, como pasa por María el único camino que lleva al cielo. San Juan de Ávila decía que prefería perder toda la piel a perder la devoción a la Virgen María. Decía Santa Catalina que si una gota del amor de Dios pudiera caer en el infierno, lo convertiría en el Cielo, y a todos los demonios los convertiría otra vez en ángeles. El Corazón Inmaculado de María recoge todo el amor de Dios a los hombres. Por eso quien vive en el Corazón de la Virgen María, vive ya en el Cielo y por muy pecador que sea, se transformará en un ángel de santidad y pureza.

Mayo ha de ser para nosotros mes de María, para María, con María, y de vida en María. Nuestra vocación es la de ser santos. Santos ahora que somos jóvenes. Si como decía San Juan Berchmans, no nos santificamos de jóvenes, ¿seremos santos después?

Tomemos la obra de nuestra santificación como la obra primera, la obra única que debemos realizar en la tierra. Empecemos esa obra de la mano de María y llamando a María a todas horas. Las santidad será fácil para todos nosotros si vivimos así el amor a María. Hoy el mundo necesita santos a todos los niveles. Es lo mismo que decir que necesita salvarse por jóvenes que se entreguen a María. Ella les hará grandes santos.

 

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 38,mayo de 1980

 

 

Niñas y niños,
 venid con nosotros
a las Colonias del Padre Alba.
Sana diversión, santa formación.
Del 4 al 14 de julio.

 

Chicas y chicos,
venid con nosotros
a los Campamentos del Padre Alba.
Sana diversión y santa formación.
Del 29 de julio al 11 de agosto.

Mundanidad y Caridad

05 miércoles Jun 2013

Posted by manuelmartinezcano in P. Manuel Martínez Cano, Uncategorized

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antiguo testamento, apóstol de la caridad, ayuno, beata teresa de calcuta, combatir la mundanidad, diablo, el amor al dinero es la raíz de todos los males, el sudario no tiene bolsillos, hombre moderno, iglesia mundana, limosna, mundo, nuestro rey y señor, nuestro señor Jesucristo, oración, príncipe de este mundo, San León Magno, san pablo, santo padre franisco, Timoteo

El Santo padre Francisco pide que defendamos a la Iglesia con valentía: “protegerla del príncipe de este mundo (el diablo) y lo que el diablo quiere, es que la Iglesia se convierta en más mundana ¡Este es el mayor peligro! Cuando la Iglesia se vuelve mundana, cuando tiene dentro de sí el espíritu del mundo”. He predicado y escrito muchas veces que el peor enemigo del alma es “el mundo”. En todos los catecismos que he leído aparece siempre como el primero de los tres enemigos del alma: el mundo, el demonio y la carne.

No olvidemos que Nuestro Señor Jesucristo, le pide al Padre eterno que nos libre del mundo. “El mundo”, es todo aquello que se puede comprar con dinero, usándolo desordenadamente. Y se caracteriza por una mentalidad particularmente sensible a las tentaciones del egoísmo, la vanidad, hedonismo y la tibieza. Muchos medios de comunicación social difunden constantemente un estilo de vida mundano, inspirado por el príncipe de este mundo, el diablo.

El hombre moderno, que ha sido creado para amar a Dios y al prójimo, incluso al enemigo, se deja arrastrar por el mundo: gastos superfluos, espectáculos obscenos, modas inmorales, leyes antihumanas, drogas…. Nada mundano puede llevar un corazón cristiano. Nada puede suplir el amor de Dios. Es verdad que todo lo que Dios ha creado es bueno; que hemos de divertirnos, vestirnos, comer y beber… pero siempre según la ley divina, resumida en los diez mandamientos de la ley de Dios y los cinco de la santa madre Iglesia.

Las cosas mundanas, nos apartan de Dios. No es posible la amistad íntima con nuestro Padre del Cielo sin la lucha constante contra el “hombre viejo”, que nos dice san Pablo. Quien se obsesiona con las cosas mundanas, se inutiliza para la vida de perfección cristiana. No goza de la libertad necesaria para amar a Dios y al prójimo de todo corazón. Las cosas mundanas, cosifican al hombre que se convierte en una cosa más. Sin la necesaria, mortificación y penitencia es imposible la vida amorosa entre las almas y Dios.

Para combatir la mundanidad la Iglesia nos propone la práctica de la oración, el ayuno y la limosna. La limosna cristiana por amor a Cristo en los pobres, no debe reducirse a la entrega de unas monedas a un indigente. La madre de los pobres más pobres, beata Teresa de Calcuta, decía que hemos de dar hasta que nos duela. La práctica de la caridad cristiana exige mucho más que dar limosna. Obliga al católico a amar al prójimo, escucharle, darle afecto, un consejo, compañía…..

San Pablo advertía a Timoteo de que “el amor al dinero es la raíz de todos los males” (Tim 3, 10). Ya el Antiguo Testamento exhortaba a dar limosna: “Haz limosna y no se te vayan los ojos tras lo que das. No apartes el rostro de ningún pobre. Y Dios no los apartara de ti. Si abundares en bienes, haz de ellos limosna, y si estos fueran escasos, según tu escasez, no temas hacer limosna” (Tob. 4,7). Amemos a Dios y al prójimo no al dinero y no caeremos en la “mundanidad”.

Nuestro Rey y Señor, dice: “Venid benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me distéis de comer” (Mt. 35-40). A los que no dan de comer a los pobres, Cristo les dice: “id malditos al fuego eterno”. También nos dijo el Señor: “bienaventurados los pobres”. Seamos pobres de espíritu y repartamos nuestros bienes a los necesitados que es, cabalmente, todo lo contrario de lo que hacen los que se dejan arrastrar por las cosas mundanas y vanas.

El apóstol de la caridad nos dice: “El que tuviere bienes de este mundo y viendo a su hermano pasar necesidad le cierra las entrañas ¿Cómo mora en él la caridad? Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad”. San León Magno dice: “La devoción que más agrada a Dios es la de preocuparse de sus pobres”. Un apotegma de los Padres del desierto afirma: “poseer sólo lo que no se pierde al morir”. Con estas palabras lo decía la abuela del Santo Padre Francisco: “El sudario no tiene bolsillos”.

 

P. Manuel Martínez Cano, mCR

La Voz de los Sin Voz XXIV

05 miércoles Jun 2013

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Alfonso Guerra, Alfred naquet, amor libre, demonio del matrimonio, Diderot y Rousseau, Europa, García Morente, libro, matrimonio homosexual, no la conocería ni la madre que la parió, propiedad y familia, religion, sacerdote

José: Me dijo un sacerdote que una de esas brujas feministas-machistas, ha manifestado que ella no es partidaria del llamado “matrimonio homosexual”. El fin de estos movimientos demoníacos es, según propia confesión, la eliminación de todo matrimonio, la eliminación del sentido de familia. Se debe establecer la vida instintiva, seguir los instintos, como el resto de los animales.

Sara: está claro que las “nuevas” uniones sexuales ya han superado el “amor libre” del siglo XX. Lo que hoy prima es dar rienda suelta a las pasiones desordenadas, a los instintos hasta llegar a la bestialidad. El hombre y la mujer moderno, democrático y progresista, quieren convertirse en animales.

Pedro: En realidad estos progresistas de tomo y lomo no han inventado nada. Han vuelto a los siglos XVIII y XIX. Diderot y Rousseau, legitimaron  el uso de las pasiones espontáneas, abarcando uniones sexuales biológicamente estériles y uniones transitorias y ocasionales. Alfred Naquet, apodado el “demonio del matrimonio”, escribió el libro “Religión, propiedad y familia” (1869), que es un ataque de todo el infierno contra el matrimonio y la familia.

Salomé: Ciertamente, nos estamos volviendo irracionales. Lo único que nos diferencia de los animales es la razón y la voluntad, el alma espiritual. Si no usamos la razón conforme a la naturaleza humana, nos rebajamos a especie animal. El aborto es un ejemplo sangrante. Yo no conozco a ningún animal que mate a sus propios hijos.

Santiago: Una larga tradición humana, nos dice que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer, para tener hijos y educarlos humana y cristianamente. El mal llamado matrimonio homosexual, nada tiene que ver con lo que la humanidad ha sostenido como matrimonio.

Judit: Estoy de acuerdo, la complementariedad del sexo masculino y femenino y su finalidad esencial de tener, hijos y educarlos, va más allá de la satisfacción instintiva del placer sexual. Las conductas sexuales deben estar sometidas a la razón y a la moral.

Pablo: Tengo un compañero de trabajo, padre de familia numerosa, que se va a vivir a Francia, porque con la paga que recibirá del Estado por cada hijo, podrán vivir decorosamente. Jóvenes españoles bien formados también salen de España en busca de trabajo. Una pena, una tristísima pena.

Rut: El político socialista, Alfonso Guerra dijo que la transformación de España, iba a ser completa, que “no la conocería ni la madre que la parió”. A España y Europa, las parió la Iglesia y las educó, según la razón humana y la revelación divina. Los partidos políticos, han realizado lo contrario en nuestra patria y en toda Europa. El intelectual agnóstico, García Morente, convertido al catolicismo, dejó escrito: “En nuestra España la nación y la religión, son una misma cosa, una y la misma esencia, de tal suerte que dejar de ser católica, equivaldría para España, dejar de ser hispánica… si fuera posible que España, alguna vez, dejase de ser católica, España habría dejado de ser España. Y sobre el viejo solar de la provincia vivirían, otros hombres, que ya no podrían, sin abuso ser llamados españoles”. Seamos españoles católicos, apostólicos y romanos.

 

Magdalena, Presidenta

Catecismo Social XVI: Libertad y Liberalismo I

05 miércoles Jun 2013

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la verdad os hará libres, liberalismo, libertad, racionalidad, voluntad

IV. LIBERTAD Y LIBERALISMO

1 -¿ Qué es la libertad?

La libertad es el atributo de la voluntad personal, por la que puede autodeterminarse. La libertad catecismo socialsupone la racionalidad. Y ésta debe iluminar la voluntad. Así es desde un plano metafísico. Pero la libertad supone también condiciones éticas. Y por ello necesitamos que las pasiones sirvan a los dictámenes de la razón recta, y en el foro exterior, que las leyes encaucen y ayuden el ejercicio de la libertad. En el Vaticano II se habla así de la libertad: «La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina en el hombre (17)… Es Dios Creador el que constituye al hombre inteligente y libre en la sociedad (21)… La orientación del hombre hacia el bien sólo se logra con el uso de la libertad, la cual posee un valor» (17) (Constitución conciliar sobre la Iglesia y el mundo).

2 -La libertad, ¿debe seguir la luz de la verdad que capta el entendimiento?

Exactamente. Y así Pablo VI nos ha dicho: «La verdad debe ser la raíz de la acción, de la liberjtad, Lo dijo el Señor: LA VERDAD OS HARÁ LIBRES. No se encuentra en el buen camino quien antepone la acción al pensamiento, la práctica a la doctrina, el voluntarismo a la sabiduría, la llamada teología de la liberación a la teología de la Revelación» (27-IV-1975).

3 -La propia conciencia, ¿no basta como último criterio para asegurar el perfecto ejercicio de nuestra libertad?

No, y esto hay que entenderlo bien. Pablo VI lo ha enseñado contundentemente: «La conciencia moral es, ciertamente, el criterio próximo e indispensable de la honestidad de nuestras acciones … ; pero la conciencia tiene necesidad de ser instruida, informada, orientada acerca de la bondad objetiva de la acción a llevar a cabo; su juicio instintivo e intuitivo no es suficiente; ha menester de una norma, ha menester de una ley; de otro modo, su juicio puede alterarse bajo el impulso de las pasiones, de los intereses o de los ejemplos ajenos. De esta manera, la vida moral vive de utopías o de instintos; y, como hoy acontece, es una vida moral doblegada a las circunstancias exteriores, a las situaciones, con todas las consecuencias de relativismo y de servilismo que se derivan, hasta comprometer la rectitud de conciencia, que llamamos carácter, y hacer de los hombres una masa de cañas agitadas por el viento» (8-VIII-1973).

4 -Luego, si la libertad es tan importante, ¿hemos de ser liberales?

El liberalismo no es la defensa de la libertad, sino su negación. Porque hay que distinguir entre libertad física y libertad moral. Físicamente, cualquiera puede matar a su padre, a su amigo, a un desconocido. Le basta con utilizar un arma de fuego u otro medio violento y homicida. Esto es libertad física. Pero la libertad moral tiene otros cauces. Moralmente nadie puede matar a su padre, ni a su amigo, ni a otro hombre, por su cuenta y riesgo, sin justificación alguna. ¿Por qué? Porque la libertad humana tiene unos cauces superiores a lo meramente brutal, animal, instintivo. El liberalismo proclama la libertad física, y desconoce la libertad moral.

5 -¿ Cómo se puede definir la libertad?

La libertad no consiste en hacer lo que a uno le viene en gana. Esto, es la libertad física, tan absurda y de tan terribles consecuencias. Tampoco la libertad consiste en escoger indiscriminadamente el bien y el mal. Que el hombre pueda físicamente hacer el mal, no es ninguna perfección. Como no lo es que el cuerpo pueda estar enfermo, canceroso. Como no lo es que el coche desobedezca la señalización y se precipite por un barranco, mate a los peatones, o haga otros estropicios. La libertad del cuerpo es la salud. La libertad del coche la circulación perfecta, la conducción reglamentada y alcanzar el objetivo de la meta. La libertad para el hombre es el poder de elección de aquellos medios que le conduzcan a su fin de hombre y de cristiano. Cuando se emplean medios que nos deshumanizan, nos corrompen, nos degeneran, no ejercemos la libertad. Sino la depravación que inutiliza la libertad para fines que no son propios de un hombre ni de un cristiano. La libertad supone el conocimiento de lo que nos corresponde y también el empleo de la voluntad al servicio de la verdad obtenida. La libertad está en función de la verdad. Entonces, la libertad se convierte en el medio más maravilloso para nuestra realización.

Los Tres Coloquios

05 miércoles Jun 2013

Posted by manuelmartinezcano in Uncategorized

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A quiénes han hecho los Ejercicios Espirituales de san Ignacio les son muy familiares los San Ignacio Icoloquios con las tres Personas divinas, el Verbo encarnado, la Virgen santísima… Es un ejercicio espiritual que fomenta el dialogo amoroso entre el ejercitante y Dios, la Virgen, los santos. Es necesario aprender a escuchar a Dios en la oración y responderle con todo nuestro corazón. El coloquio es un diálogo filial con el Padre que hace la oración sabrosa y gozosa.

Pierre Phormant, definió: “la oración es un intercambio de amor, entre Dios y los hombres”. Es Dios quien ha tomado la iniciativa de este diálogo amoroso. Nos habló y habla por los profetas, por su Hijo encarnado, por los acontecimientos de la vida y, por medio de los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Ahora nos toca a nosotros responderle con nuestra alabanza, reverencia y servicio. La oración vivida así, intensamente, deja de ser difícil y penosa, y no la abandonaremos nunca: “Orad ininterrumpidamente”, nos dice la Sagrada Escritura. En el modo de oración de san Ignacio interviene todo el hombre: cuerpo y alma, sentidos internos y externos, potencias del alma, memoria, entendimiento y voluntad.

Las meditaciones, contemplaciones, repeticiones y la aplicación de sentidos, no son ejercicios meramente intelectuales, sino que abarca a toda la persona y llega al conocimiento interno, un conocimiento vivo y existencial, que ordena toda la vida en el amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo, como Cristo nos enseñó; hasta dar la vida por la salvación de las almas. La persona más santa, sacerdote, religioso o seglar, arrastra consigo unas afecciones desordenadas, que ocultamos con el amor propio que todos tenemos. En los tres coloquios, que propone san Ignacio, bien hechos, el ejercitante saca la luz y la fuerza sobrenatural que necesita para combatir contra el hombre viejo.

El primer coloquio es a Nuestra Señora para que me alcance gracia de su Hijo que sienta interno conocimiento de mis pecados y aborrecimiento de ellos; la segunda gracia para que sienta el desorden de mis operaciones para que aborreciéndolas me enmiende y ordene; la tercera gracia, pedir conocimiento del mundo para que, aborreciendo, aparte de mí las cosas mundanas y vanas y con esto un Ave María.

Nuestra Madre, la Virgen santísima siempre está dispuesta para atender nuestras peticiones y deseos; bajo su maternal protección, nos podemos presentar a Jesús con la seguridad de que aceptará nuestras peticiones. Pidámosle sentir interno conocimiento de nuestros pecados y aborrecimiento de ellos y alcanzar de Cristo el perdón porque: “hay más alegría en el Cielo por un pecador que haga penitencia que por noventa y nueve justos que no necesitan de penitencia” (Luc. 15,7).

¡Virgen Santísima! que conozca la fealdad y malicia de mis pecados mortales y veniales; y que los aborrezca de todo corazón, para que jamás vuelva a cometer un pecado. Pedirlo insistentemente, porque nuestra vida espiritual no tendrá un sólido fundamento sino tenemos el sentimiento interno del dolor de nuestros pecados. hay que entender que: “No entendemos que el pecado es una guerra campal contra Dios de todos nuestros sentidos y potencias del alma… quien pudiere dar a entender esto a los que muy deshonestos y feos pecados hacen, para que se acuerden que no son ocultos y que con razón los siente Dios” (Santa Teresa de Jesús). Quien quiera amar a Dios de todo corazón, ha de odiar con todas sus fuerzas al pecado. Si no hay lucha contra el pecado y las ocasiones de pecado, difícilmente habrá amor a Cristo.

En el segundo coloquio, le pedimos a la Virgen, nuestra bendita Madre, que sienta el desorden de mis operaciones que, sin llegar a ser pecados, es desordenado, no agradan a Dios. A saber, mis faltas, imperfecciones, defectos, confrontándolos con la infinita perfección de Dios, aborreciéndolos hasta que me sean insufribles; persiguiéndolos hasta debilitarlos y disminuirlos con la ayuda de Dios; y así ordene mi vida, perfeccionando mis obras. Para ello hacer bien los exámenes de conciencia, consultar al director espiritual, vivir en la presencia de Dios.

No se trata de evitar sólo el pecado mortal o el venial, se trata de seguir la norma perfecta de buscar en todo la mayor gloria de Dios y el bien de las almas. Se trata de proceder en todo por puros motivos del divino servicio, asi alcanzaremos el mayor grado de santidad.

Virgen santísima, Madre mía, dame a entender lo que, sin llegar a ser pecado, es desordenado en  mis pensamientos, palabras, obras y deseos. Que vea mis faltas, imperfecciones, defectos… para luchar contra ellos, bajo tu protección y amparo, para que haga todas las cosas, siempre y en  todo lugar, a la mayor gloria de Dios y bien de la Iglesia.

El tercer coloquio con la Virgen lo hacemos para pedir conocimiento del mundo, para que aborreciéndolo aparte de mí las cosas mundanas y vanas. Ya dijimos que todas las cosas creadas por Dios son buenas, muy buenas. Pero, sin embargo, el Señor nos alerta y previene de los peligros del mundo. “No sois del mundo” porque este mundo está envuelto por el pecado: “¡Ay del mundo a causa de los escándalos!” (Mt. 18,7). Este mundo, que está bajo el poder del demonio, es el que “no conoció a Cristo”, “vino a los suyos y los suyos no le recibieron” (Jn 1, 9-11). Este mundo “tiene pecado” (Jn. 1,29) y odia a Jesús, porque éste: “da testimonio de él, que sus obras son pecado” (Jn. 7,7)- y no solo odia al Señor, sino también a todos los suyos (Jn 15,18) porque no son del “mundo” (Jn 17, 14-16), ya que Él los eligió sacándolos del “mundo” (Jn 15,19). Santiago 4,4: “¿No sabéis que el amor para con el mundo es enemistad para con Dios? El que, por tanto, quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios?”

Las cosas mundanas y vanas son: la ostentación del lujo, figurar, divertirse deshonestamente, tratarse bien a si mismo… El mundo alaga la soberbia humana hasta llegar al desprecio de Dios. Hemos de pedirle a la Virgen, Nuestra Señora y Madre que nos haga humildes como Ella ¡ojo! Con el paso de los años crece la soberbia, decrece la vanidad, pero crece la soberbia. No se puede progresar en las virtudes sin aborrecer el mundo y las cosas mundanas y vanas ¡oh buen Jesús, hazme humilde como tú!

El mundo alaga las riquezas. Hoy se dice estúpidamente que las naciones van bien y progresan porque aumentan la renta per cápita. Nada importa que estemos asesinando a millones de niños y que, jóvenes y adultos, se pudran y corrompan con la droga, la lujuria, el divorcio… Dijo el Señor: “No se puede servir a Dios y al dinero”. Cuidado con los gastos superfluos, espectáculos, joyas, modas… Nuestra vocación a la santidad no admite término medio. Estamos o no estamos unidos a Dios. Si despreciamos las riquezas, estamos unidos a Dios: “Bienaventurados los pobres”, nos dice Jesús.

El mundo alaga el poder. El hombre tiene el afán de dominar, mandar, en una parcela de su actividad, por pequeña que sea. Nadie quiere ser ni el segundo ni el tercero; todosSan_Ignacio_de_Loyola queremos ser el primero, el mandamás; porque tenemos unas cualidades que los otros no tienen. Jesucristo ha escogido el último lugar y nadie se lo ha quitado; busca siempre el último lugar porque allí te encontrarás con Cristo. El espíritu del cristianismo es radicalmente opuesto al espíritu del mundo; el cristiano debe amar a Cristo y aborrecer el mundo.

Unidos a la Virgen santísima, hagamos tiernos e intensos coloquios para que nos forme y eduque como formó y educó a su divino Hijo. Se termina con un Ave María.

El segundo coloquio es con el Hijo. Termina con el Anima Christi.

El tercer coloquio es con el Padre. termina con el Pater nóster.

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