El mes de Abril está marcado por las dos tandas de Ejercicios Espirituales.

Ejercicios Espirituales para reformar nuestra vida a la luz de este único propósito: ser héroe cristiano, ser mártir cristiano. Porque la alternativa es hoy: apostasía o martirio.

La virtud del héroe es la perseverancia. La virtud del mártir es la resignación y la gozosa conformidad en el infortunio. Necesitamos constancia en el combate para no rendirnos. Constancia para seguir adelante cuando mil voces nos gritan que estamos equivocados, que somos pocos, que nunca conseguiremos nada, que el mundo ha tomado otro camino, que se puede ser cristiano de diferentes maneras, que los tiempos han cambiado. Constancia para perseverar en la misma dirección, aunque no se vean los frutos inmediatos. Constancia para quedarse fijo en el sitio sin importarle el «qué dirán». Constancia para entregarse al apostolado entre la juventud, dejando de leer, de oír, de ver todo aquello más o menos frívolo, que no empuja al heroísmo, ni prepara .para el apostolado. Constancia en salvar por encima de todo el tempo dedicado a Dios, el que debo dedicar a mi formación.

Esa constancia, que es la fortaleza del héroe, es la mejor escuela para adquirir la resignación necesaria en el caso de que nos llegue la hora del martirio. Los jóvenes de Ucrania, de Polonia, de Vietnam, de Cuba, experimentan bien en su carne esta verdad: vivimos en tiempos de martirio. Hay muchos a nuestro alrededor que viven amargados y sin alegría en estos tiempos solemnes de heroísmos y mártires. Sorprende comprobar en qué profundo grado de tristeza y desolación viven los que nos dicen que nos dicen que estamos anticuados, todos los que se han unido al carro de los virtuosos de hoy, o de del poderío de los que dominan. Sin embargo los mártires Nagasaky entonaban himnos litúrgicos al ser conducidos al martirio. Y las piedras del foso de Santa Elena de nuestro Castillo de Montjuich están ennoblecidas, más que por los impactos de las balas que segaron las vidas de cientos de mártires de la última persecución religiosa en España, por el canto del Credo que resonaba en ellas como una gozosa efusión de la fe de aquellos mártires antes de derramar su sangre.

Ejercicios para mártires. Para no caer en la vileza, para vencer la concupiscencia, para procurar sin desmayo el triunfo de la causa de Jesucristo, hombres y mujeres que besen la cruz cada día y hasta el último instante, sin preocuparse de tantos y tantos que quieren hacer un mundo y un cristianismo sin Cruz. Cuando moría la mártir Juana de Arco consumida por las llamas y ahogada por el humo, se hizo prodigiosamente una hendidura en el fuego. Por aquella estrechura llegó a la Santa un crucifijo. Besar su imagen fue su última acción antes de morir. Esos son nuestros modelos. Para poder imitarlos tenemos la gracia de los Ejercicios.

 

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 49, abril de 1981