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Europa hizo mucho por los países africanos en el pasado. Nos trajo el cristianismo y nos ayudó con generosidad. Compartimos muchos valores, especialmente el de la unidad familiar. Ahora, África está gritando a Europa que reencuentre sus valores, y vuelva de la misma forma que antes.

Bernadette W. Musundi, Presidenta de Mujeres para el desarrollo

La crisis ha hecho aflorar un mundo en descomposición. Por eso, creo que la primera herramienta para rearmar moralmente a la sociedad es la audacia de buscar la verdad, por parte de escritores, artistas y científicos. También sería decisivo que los medios de comunicación fueran críticos, y no mera resonancia.

Rafael Argullol, filósofo

Las autonomías, que tienen ya un ejército de más de dos millones de funcionarios que han hecho de ellas, legítimamente, su modo de vida… Y como es natural, los partidos políticos rebosantes de arribistas.

Dalmacio Negro

La guerra del 36 no fue, al contrario que la II Guerra Mundial, una contienda entre sistemas emanados de la soberanía popular, sino la lucha por recuperar la soberanía de Cristo en la sociedad y en la vida pública.

Guillermo de Navascués

El gobierno no está sometido al parlamento, sino que ambos están sometidos a la cúpula de los partidos gobernantes. Los gobiernos se convierten en delegados de sus dirigentes, adoptando las decisiones que previamente pactaron en el exterior del consejo de ministros.

Álvaro Rodríguez Núñez

Desde que los hombres han dejado de servir a Dios, ya no hay ningún árbitro entre ellos y es el Estado quien los avasalla. Ya no es Dios, sino el Estado el que los juzga.

Michael O’Brien

Ante un crucifijo, cobra sentido nuestra cultura. Porque las culturas las fundan las religiones, y donde no hay religión no hay cultura.

Juan Manuel de Prada, escritor

La democracia es el régimen de la nivelación de todos aunque no sean iguales. Todas las opiniones valen igual en la democracia, esto es, nada. En la democracia el hijo se iguala al padre y el padre teme a sus hijos. La igualdad de los desiguales conduce a la anarquía social. El exceso de libertad conduce a la tiranía.

Felipe Giménez Pérez

Lo peor está aún por decir: el deseo fervoroso de excluir y prescindir de Dios en el mundo y en la vida de los hombres. Nuestro gran problema es la negación radical de Dios, incluso es más, el olvido, la carencia, la indiferencia ante el tema de Dios. Dios, única esperanza posible del hombre, porque a pesar de todo y desde el mismo pensamiento que eclipsa a Dios y que proclama su ineficacia, hemos de decir que si no hay Dios no hay nada, no hay futuro ni esperanza. Si hay fituro y esperanza es porque hay Dios.

Juan Manuel de Prada, escritor