Nos dirigimos a jóvenes y muchachas que piensan seriamente en el matrimonio. Y el noviazgo no es un tiempo de embrutecimiento ni de abusos mutuos. Esto no lo entenderán los que piensan que el noviazgo es una manera de «aprovecharse» y ellas de casarse sea como sea .. Después vienen los platos rotos, los matrimonios quebrantados, los hijos desgraciados y abandonados.
Hay que tener moral en el noviazgo. Para ello recordamos estas reglas, que fluyen del Evangelio y del Decálogo:
LO QUE NO ES CASTO
- A) Lo prohibido bajo pecado mortal
1º Entre novios nunca es permitido desear o tratar de provocar, en sí o en el otro, conmoción o sensación propiamente sexual. El desearla y el buscarla, cualesquiera que sean los motivos y los medios, es siempre por su misma naturaleza, un pecado mortal de lujuria.
2º Para los novios son igualmente pecados de lujuria todas las emociones sexuales que, sin haber sido voluntariamente buscadas, han sido plena y libremente consentidas.
3º A los novios les está gravemente prohibido (aun cuando no haya malos deseos) todo comportamiento y todo gesto (posturas y actitudes, desnudos indecentes, miradas, tocamientos, contactos, caricias, abrazos, besos) que por su índole es susceptible de provocar, de una manera normal y habitual, emociones de tipo sexual en uno u otro. En particular les están gravemente prohibidas las miradas sobre las partes íntimas del otro (a menos que se trate de miradas furtivas o desde lejos, pues en tal caso sólo constituirían pecados veniales). Lo mismo se ha de decir de las caricias sobre las partes íntimas o sobre el conjunto del cuerpo del otro, por ejemplo, sobre el pecho. Gravemente prohibidos son los besos prolongados en los labios o en el interior de la boca, así como también los que sedan en el pecho. En cuanto a los besos en la cara, serán pecados graves si son prolongadas, muy vivos y repetidos, porque entonces parecen naturalmente aptos para provocar casi con certeza emociones sexuales en uno u otro. No hay por qué decir que otras imprudencias, o mejor impudencias, cuyo influjo excitante es bien conocido de todo hombre sensato, son absolutamente prohibidas bajo pecado grave entre novios honrados, cuanto más cristianos. Si uno de los novios pretende exigir del otro o imponerle cualquiera de estas acciones gravemente prohibidas, éste tiene el grave deber de negarse a ello, haciéndole como prender con todo miramiento, pero también con toda firmeza, las razones de su negativa. He aquí, en términos clarísimos, lo que deben saber todos los novios cristianos. Las almas bien formadas no deben ignorar estas normas y leyes. Al mal y al pecado hay que llamarlos por su nombre. En fin, para terminar, se ha de hacer constar que todo pecado grave cometido por los novios juntos (contra la pureza) es, además, un pecado grave contra la caridad; es, pues, simultáneamente, un pecado grave de lujuria y un pecado grave de escándalo.
- B) Lo prohibido bajo pecado venial
En general, son pecados veniales de lujuria para los novios todos los gestos que, sin ser de ordinario causa de excitaciones sexuales, corren no obstante peligro, según su propia experiencia, de provocarlas en ellos, y si obran sin ningún motivo razonable, es decir, sin verdadera necesidad de expresarse así su mutuo afecto. Tales serían, por ejemplo, abrazos y besos permitidos a los novios, pero multiplicados inconsideradamente.
LO QUE ES CASTO
Están permitidas y son castas entre los novios ciertas señales honestas de afecto, es decir, ciertos gestos que sirven para testimoniarse su mutuo respeto y su cariño sin exponerse a provocar habitualmente en ellos sensaciones más o menos turbias, deseos peligrosos y serias tentaciones contra la castidad. Si con ocasión de esas señales honestas de afecto experimentan los novios ciertas emociones sexuales que no habían buscado, y en las cuales no quieren consentir, entonces no deben sentir inquietud de conciencia, porque en eso no hay para ellos pecado de ninguna clase. Este principio es aplicable a todas las emociones de orden sexual, ya en el novio ya en la novia. Nada tienen que ver ni la naturaleza, ni la intensidad, ni la duración de tales sensaciones: Sentir no es consentir. No hay falta sin libertad. Práctica mente tales señales honestas de afecto tendrán que ser por necesidad muy limitadas, muy sobrias y muy discretas: en esta materia no hay que forjarse ilusiones. Deben recordar los novios, antes que nada, que no deben desear, ni buscar, ni aprobar ninguna sensación de tipo sexual. Por consiguiente, siempre que hablemos de ciertos gestos permitidos, se ha de presuponer que los novios excluyen todo deseo, toda búsqueda y todo consentimiento sobre este particular.
Pensamientos, lecturas. -Está permitido a los novios informarse de las realidades físicas de la vida conyugal en tanto en cuanto experimentan una verdadera y legítima necesidad con vistas a un mejor éxito en su amor conyugal.
Miradas, tocamientos, caricias, etc. -Por lo que respecta a las miradas, tocamientos, caricias, abrazos y besos mutuos, los novios deben mostrarse siempre discretos y reservados, evitando con cuidado todo lo que, en esta materia, puede ser para uno u otro causa habitual de turbación. En la práctica, pueden considerar como cosa permitida aquellas señales de afecto admitidas en los medios honestos y que pueden concederse en público. Se permiten, pues, entre los novios, los abrazos y besos ordinarios, es decir, en la frente, sienes, mejillas; no en los labios ni en la boca. Tales actos, con tal de que sean hechos con intención honesta y pura, con justa moderación y en un espíritu de mutuo respeto son, entre novios, legítimas y castas señales de afecto, que pueden ser útiles y beneficiosas para la expresión y conservación de su amor. Si con tal motivo les sucediese experimentar a veces alguna turbación en los sentidos, no tienen por qué preocuparse con tal de que no consientan.
Todo esto puede parecer exagerado e imposible de llevar a la práctica en un noviazgo. Pero lo realmente exagerado son los matrimonios fracasados, los abortos, los abusos de toda clase, las violaciones, las frustraciones amorosas. ¿Por qué? Porque el noviazgo y el matrimonio sólo se sustentan en la moral establecida por Dios. Un noviazgo puro y limpio promete un matrimonio feliz y fecundo. Todo esto supone que durante el noviazgo los novios recen cada mañana y cada noche las TRES AVEMARÍAS a la Virgen, que cada domingo y fiesta de precepto asistan a Misa, y que confiesen BIEN y comulguen BIEN, cada 15 días. ¿Sorprende esto? No, lo que sorprendería es que pudiéramos tener salud y estar fuertes sin respirar ni comer. Y sin estos medios, los noviazgos se convierten en cadenas de remordimientos y los matrimonios en «conllevancias» más o menos soportables. Para un matrimonio feliz, un noviazgo sin atrevimientos ni inmoralidades. ¿Queda claro?
«¿CUÁNDO RESPIRARÁN LAS ALMAS A MARÍA COMO LOS CUERPOS RESPIRAN EL AIRE? ENTONCES SE VERÁN COSAS MARAVILLOSAS AQUÍ ABAJO. ESTO NO LLEGARÁ HASTA QUE SE CONOZCA Y PRACTIQUE LA DEVOCIÓN QUE YO ENSEÑO», decía el gran misionero San Luis María de Montfort. Por esto hemos de rezar, cada mañana y cada noche, las TRES AVEMARÍAS. Esto sí, hay que procurar rezar sin rutinas, sino con fe y con ganas de amar a Dios.
«NOS DECLARAMOS A MARÍA SANTÍSIMA MADRE DE LA IGLESIA, ES DECIR, MADRE DE TODO EL PUEBLO CRISTIANO TANTO DE LOS FIELES COMO DE LOS PASTORES QUE LA LLAMAN MADRE AMOROSA, Y QUEREMOS QUE DE AHORA EN ADELANTE LA MADRE DE OLAS SEA HONRADA E INVOCADA POR TODO EL PUEBLO CRISTIANO CON ESTE GRATÍSIMO TÍTULO», dijo Pablo VI en la clausura de la III Sesión del Concilio Vaticano II. Por esto la devoción a la Virgen es siempre actual. Es como la piedra de toque para distinguir la verdadera piedad cristiana de la falsa. Una piedad sin manifestaciones es superflua. Por esto, a lo menos, cada mañana y cada noche, no nos olvidemos de rezar fervorosamente las TRES AVEMARÍAS, suplicando a la Virgen su intercesión maternal para nuestra salvación eterna.
NOTA DE LA REDACCIÓN: Hemos prescindido de la publicación del “Mensaje de fe Nº 46” “Mi biblioteca” por ser una mera relación de libros muy interesantes pero que ahora no hemos creído conveniente publicar pues no poseemos la lista de precios actualizada y una librería que los pueda vender. Perdonen las molestias.
Obra Cultural
Laura, 4 – Barcelona-10