240px-Leo_XIII«Los que dan su nombre a la secta Masónica o a otras asociaciones del mismo género que maquinan contra la Iglesia o contra las potestades civiles legítimas «ipso facto» incurren en excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica».

(Canon 2335, Código de Derecho Canónico, vigente hasta el 27 de Noviembre de 1983).

«Condenamos y prohibimos los dichos centros y agrupaciones de «Francmasones», o cualquier otro nombre que pudiese tomar, a perpetuidad».

(Clemente XII, 28-4-1738)

«Nuestro predecesor condenó, para siempre, las sociedades de «Francmasones»… Nos decretamos confirmar y corroborar la mencionada constitución».

(Benedicto XIV, 18-5-1751)

«Es de feliz memoria para Nos, el ejemplo de Clemente XII y de Benedicto XIV condenando y proscribiendo las sociedades de los «Liberí Muratorí» o de masones o con cualquier otro nombre que se llamen… de los cuales, los «Carbonarios» son imitación o una rama».

(Pío VII, 13-9-1821)

«Resuena, de un modo horrendo, las academias y colegios con nuevas opiniones monstruosas, con las cuales no ya ocultamente y en secreto se ataca la fe católica sino que abiertamente y ahora y a todas luces se le hace una espantosa y nefasta guerra. Porque, corrompidas las almas de los adolescentes con las enseñanzas y el ejemplo de sus maestros, han cundido un ingente daño religioso y una tristísima perversión moral».

(Gregorio XVI. 15-8-1832)

«Hombres unidos en perversa sociedad o imbuidos de malsana doctrina, cerrando sus oídos a la verdad, han desencadenado una guerra cruel y terrible contra todo lo católico, han esparcido y diseminado entre el pueblo toda clase de errores, brotados de la falsía y de las tinieblas».

(Pío IX, 9-11-1846)

«Esta guerra después de 25 años sobre todo la Iglesia no hace más que soportarla. He aquí la verdad. Las declaraciones mil veces hechas y repetidas en la prensa, en el Congreso, en las «reuniones masónicas», en el seno mismo del Parlamento (francés) lo prueban, como también los ataques que, progresiva y metódicamente se han organizado contra ella».

(San Pío X, 6-1-1907)

«Todo el que conoce un poco íntimamente la historia de la Nación sabe que el anticlericalismo ha tenido en Italia la importancia y la fuerza que le confieren la masonería y liberalismo que la gobernaban»

(Pío XI, 29-6-1931)

«No absuelvan a aquellos que hubieran dado su nombre a sectas prohibidas masónicas, o de otro género semejante, aunque fuera ocultamente, a no ser que abjurada al menos ante el mismo confesor la secta hubieren reparado el escándalo y cesado en toda cooperación activa a favor de su secta».

(Pío XII, 25-12-1950)

«Muchos son, desgraciadamente, los asaltos de astutos enemigos y para rechazarlos es necesaria enérgica vigilancia; como las insidias masónicas… las diversas formas de laicismo, de superstición y de espiritismo que, cuando más grave es la ignorancia de las cosas divinas y más adormecida la fe cristiana, tanto más fácilmente se difunden, ocupando el lugar de la verdadera fe»,

(Pío XII, 29-6-1955)