angel de la guardaMaria Lourdes Vila Morera

Este 29 de septiembre, en el santoral se celebraba la fiesta de los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Por tanto el santo de mi hijo mayor Gabriel. Le pusimos este nombre pues, a mí, desde pequeña me admiraba imaginar, la escena de la Anunciación, donde el ángel Gabriel anunciaba a María que sería Madre de Dios. La grandiosidad que debe de ser ver a un ángel cara a cara. Claro que si pensamos un poco y sabemos que muchos santos veían a su ángel de la guarda, ¿cómo no lo vería la Virgen, si ella, estando en la tierra, era más del cielo que de aquí?

En el colegio “Corazón Inmaculado de María” donde vivió y murió nuestro padre director, el padre Alba, hay una escalera, por donde, según me han contado, bajaba el padre Alba y notó como el maligno le empujaba escaleras abajo. Después de este episodio el padre colgó en la pared un cuadro de San Miguel Arcángel, donde se ve como vence al demonio.

  • Arcángel San Miguel, su nombre significa ”¿quién como Dios?”, al invocarlo nos defenderá del maligno por el poder que Dios le ha concebido.
  • Arcángel San Gabriel, su nombre significa, “Dios es mi protector”, es el patrono de las comunicaciones y de los comunicadores, porque el trajo al mundo la más bella noticia; que el Hijo de Dios se hacía hombre.
  • Arcángel San Rafael, su nombre significa “medicina de Dios”, patrono de los viajeros por acompañar a Tobías en su caminar, de los enfermos, por haber curado al padre de Tobías de su ceguera. El ángel le dijo a Tobías “cuando ustedes oraban, yo presentaba sus oraciones a Dios” (Tobías 12,12-16 )

Los tres nombres de los Arcángeles, acaban con la palabra” El” que significa “Dios”. Dios está inscrito en sus nombres, en su naturaleza. Su verdadera naturaleza es estar en Él y para Él. Los Arcángeles están siempre en presencia de Dios, su misión es amar, servir y dar gloria a Dios, son mensajeros y cuidan de nosotros, los hombres.

Dios ama infinitamente a cada uno de los hombres. Tanto les ama que ha dispuesto un ángel especialmente para cada hombre. Este ángel se llama el ángel custodio o ángel de la guarda.

 

La misión del ángel custodio es AYUDAR AL HOMBRE A ALCANZAR SU SALVACIÓN, es decir, a llegar al Cielo. Así como los hermanos mayores cuidan de los pequeños, así los ángeles custodios nos asisten a los hombres hasta introducirnos felizmente en la casa paterna. Entonces habrán cumplido su misión. Es doctrina que todos y cada uno de los hombres, bautizados o no, tienen su Ángel Custodio.

Su misión comienza en el momento de la concepción del hombre y termina hasta el momento de la muerte. Nuestro Ángel Custodio es una muestra más del amor y de la bondad de Dios con nosotros.

Tenemos que tratar a nuestro ángel de la guarda como nuestro amigo inseparable, hablarle y contarle nuestras cosas, el ángel custodio no puede leer el interior de nuestra conciencia (como lo hace Dios), por eso es necesario que le hablemos mentalmente para que nos entienda. A nuestro Ángel Custodio, Dios le permite llegar directamente a nuestra imaginación (sin palabra alguna), suscitando imágenes, recuerdos, impresiones que nos señalen el camino correcto a seguir.

Tenemos que escuchar las inspiraciones de nuestro ángel de la guarda,  para que sea nuestro guía en esta tierra, El ángel de la guarda se encarga de orientar, guiar y proteger durante toda la vida, aunque siempre respeta el libre albedrío. Está siempre a nuestro lado, incluso cuando perdemos la gracia de Dios por el pecado, nos ayudan a enfrentarnos a las tentaciones.

El Papa Francisco, dijo en una homilía en casa Santa Marta. “Esta no es una doctrina sobre los Ángeles un poco fantasiosa: no, es la realidad. Es lo que Jesús, lo que Dios ha dicho: ‘Yo mando un ángel que te precede para cuidarte, para acompañarte en el camino y que no te equivoques”   “Yo, hoy, quiero preguntaros: ¿Cómo es la relación con mi ángel custodio? ¿Lo escucho? ¿Le digo buenos días por la mañana? Le digo: ‘¿Cuídame mientras duermo?’ ¿Hablo con él? ¿Le pido consejo?” “Está a mi lado. Esta pregunta podemos responderla hoy, cada uno de nosotros: ¿Cómo es la relación con este ángel que el Señor ha enviado para custodiarme y acompañarme en el camino, y que ve siempre el rostro del Padre que está en los cielos?”.

La tradición cristiana nos invita a tratar y a acudir a nuestro Ángel Custodio. ¿Cómo hemos de tratar a nuestro Ángel Custodio? con naturalidad, con confianza como a un amigo, con respeto porque es un ser superior a nosotros y porque está en presencia de Dios, viéndole cara a cara; con cariño, con agradecimiento por el amor con que realiza la misión de cuidarnos que Dios le ha dado.