Me lo ha explicado una instructora de campamentos. Una amiga suya está admirada de lo mucho que ha aprendido su hijo de doce años en catorce días.
Un día el niño le dijo a su madre: mamá, con pantalones, las mujeres parecéis masculinas con faldas sois más femeninas.
El día siguiente, se compra una falda y, al verla el hijo le dice: mamá estás muy guapa, estás guapísima con la falda.
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Un niño de siete años que se prepara para su primera Comunión sabe más, es más sabio que los “científicos” que se aferran al “azar” para dar razón de la existencia del mundo.
El niño sabe que Dios ha creado el mundo. Esa es la verdad. Quien no sabe la verdad no es sabio.
Leamos: “Para mí, la fe comienza con la comprensión de que una inteligencia suprema dio el ser al universo y creó al hombre. No me cuesta tener fe, porque el orden e inteligencia del cosmos dan testimonio de la más sublime declaración jamás hecha: “En el principio creó Dios”. Louis Pasteur (1822-1895) católico practicante. Uno de los científicos que más bien ha hecho a la humanidad.
Amigos, hay que estudiar. “Porque he estudiado mucho tengo la fe de un bretón, si hubiese estudiado más tendría la fe de una bretona”. (Pasteur)
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No. Lutero no fue un reformador. Lutero fue un corruptor. Corrompió la Revelación Divina. Corrompió la doctrina de la Iglesia Católica. Única Iglesia fundada por Cristo.
Corrompió a la monja Catalina. Corrompió a sus discípulos.
Lutero fue hereje. Destruyó la triple unidad querida por Cristo en la Iglesia, unidad de fe, de comunión (gracia y sacramento) y de gobierno (Papado).
Recemos por Lutero. Recemos por la conversión de los protestantes.
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Santa Ángela de la Cruz dice que los santos no pierden su paz cuando ven que Dios castiga al mundo. “Al contrario se aumenta de ver la gloria de Dios brillar en su justicia, como cuando la ven en su misericordia; y que cuando Dios castiga es misericordia y misericordia infinita”.
A más de un progresista le habrán estallado los fusibles de su intelecto. Pero queda un recurso: Miren ustedes la ciencia ha demostrado que, efectivamente, es la única ocasión en la que la santa se equivocó. Seamos pacifistas y tolerantes.


