Montserrat
Ofrecimiento voluntario
“Ante el cielo y la tierra, ante todos los coros de los ángeles, ante la Santísima Virgen María, ante todas las Potencias Celestes declaro a Dios, Uno y Trino, que hoy en unión con Jesucristo, Redentor de las almas, me ofrezco voluntariamente como víctima por la conversión de los pecadores y especialmente por las almas que han perdido la esperanza en la Divina Misericordia. Este ofrecimiento consiste en que tomo [con] la total sumisión a la voluntad de Dios, todos los sufrimientos, y los temores, y los miedos que llenan a los pecadores y en cambio les cedo todas las consolaciones que tengo en el alma, que provienen de mi comunión con Dios.” Santa Faustina Kowalska, Diario de Santa Faustina Kowalska, nº 309.
Cruzada de Occidente
“Cuando esa invasión se desborda y las legiones sarracenas se apoderan de las islas y de las grandes ciudades del Mediterráneo, y saltan el Pirineo y hacen temblar a Europa, ¿quién salva la civilización de una catástrofe, organizando la lucha secular de la Reconquista? ¿quién la dirige? ¿de dónde salen los grandes ejércitos que van a pelear desde las montañas hasta las llanuras y de las llanuras hasta el mar? Salen de las cuevas de los eremitas y tienen su base de operaciones en los monasterios de las montañas. Esa reconquista, que es la cruzada de Occidente, no es una serie de guerras como las cruzadas de Oriente, es una sola campaña, un inmenso campo de batalla, donde se dan cita las generaciones y los siglos, guiados por el mismo plan que va trazando la Iglesia con la Cruz en el suelo península.” Juan Vázquez de Mella, El Verbo de la Tradición, p. 62.
La verdad sobre los indios de América
“La verdad es que «los indios de América», dice Pierre Chaunu, «no sucumbieron bajo los golpes de las espadas de acero de Toledo, sino bajo el choque microbiano y viral», la verdad -¡cuántas veces habrá que reiterarlo en estos tiempos!- es que se manejan cifras con una ligereza frívola, sin los análisis cualitativos básicos, ni los recaudos elementales de las disciplinas estadísticas ligadas a la historia. La verdad incluso -para decirlo todo- es que hasta las mitas, los repartimientos y las encomiendas, lejos de ser causa de despoblación, son antídotos que se aplican para evitarla. Porque aquí no estamos negando que la demografía indígena padeció circunstancialmente una baja. Estamos negando, sí, y enfáticamente, que tal merma haya sido producida por un plan genocida.” Antonio Caponetto, www.statveritas, Revista Empenta, nº 99 (2º Trim 2015), p. 27.
Infames malvados
“Cuando un pueblo es correcto, y ponderado y celosísimo guardián del bien común, es justo que se le reconozca por ley la facultad de nombrar él mismo a los magistrados que lo han de gobernar. Mas si este mismo pueblo, corrompiéndose poco a poco, cae en la venalidad del sufragio y entrega el mando a los infames y malvados, con razón se les priva del poder de nombrar cargos y retoma este poder al arbitrio de una minoría de hombres honestos.” San Agustín, José Antonio Ullate, Revista Verbo, nº 535-536, mayo-junio-julio 2015, p. 482.
Franco como nunca
“Todo lo antedicho se me ha ocurrido después de leerme Los mitos del franquismo, de Pío Moa, con intención de reseñarlo. Pido mil disculpas al autor y a sus numerosos lectores, pero es que yo soy incapaz de añadir una línea a su bien trabada argumentación. Sin embargo, puesto a ello, y dado que uno de esos «mitos» es la presunta «feroz enemistad» entre el Caudillo y don Juan de Borbón, echo de menos alguno de los juicios de este sobre aquel en la lista que figura en el apéndice, a la que quisiera añadir las palabras pronunciadas por el conde de Barcelona al cumplir los 70 años y salir al paso de una impertinencia cortesana: Franco fue un patriota y un sincero monárquico, que gobernó a España de forma dictatorial, pero también con aciertos que transformaron al país como nadie lo había hecho nunca.” Aquilino Duque, Revista Razón Española, nº 196, Marzo-Abril 2016, p. 192.
El error en la sociedad
“El error en la sociedad es como una fea mancha en una tela de primoroso tejido. Se le ve claramente, pero cuesta precisar sus límites; son vagas sus fronteras como los crepúsculos que separan el día que muere de la noche que se avecina, Y a su vez la noche que se va del renaciente día. Preceden al error, que es negra sombra, y le siguen y le rodean unas como vagas penumbras, que pueden tomarse a veces por la misma sombra, iluminada todavía por alguno que otro reflejo de moribunda luz, o como la misma luz a la que empañan y obscurecen ya las primeras sombras.” Félix Sarda y Salvany, El Liberalismo es pecado, p. 20.
El problema de la laicidad
“Surge en este campo de consideraciones con singular fuerza el problema de la laicidad. Estado y derecho positivo chocan con la Iglesia porque están llamados a disciplinar el caos de cuestiones éticas (aborto, eutanasia, cambio de sexo…) que produce lo contemporáneo. Estado e Iglesia, subraya Castellano, son dos modos distintos de entender la libertad (y la propiedad), lo que da lugar a un enfrentamiento de antiguo: el Estado con un fin técnico; la Iglesia depositaria de verdades eternas, recepción de la revelación divina de un orden metafísico y ético superior al hombre, del que éste forma parte.” Joaquín Almoguera Carreres, Revista Verbo, nº 537-538, agosto-septiembre-octubre 2015, p. 575.