El primero es la baja estatura: Zaqueo no conseguía ver al Maestro, porque era bajo. También nosotros podemos hoy caer en el peligro de quedarnos lejos de Jesús porque no nos sentimos a la altura, porque tenemos una baja consideración de nosotros mismos. Esta es una gran tentación, que no solo tiene que ver con la autoestima, sino que afecta también la fe. Porque la fe nos dice que somos “hijos de Dios, pues ¡lo somos!” (1 Jn 3, 1): hemos sido creados a su imagen; Jesús hizo suya nuestra humanidad y su corazón nunca se separará de nosotros; el Espíritu Santo quiere habitar en nosotros; estamos llamados a la alegría eterna con Dios.
Cardenal Pietro Parolin
Teresa de Calcuta sabía bien que, una de las formas más terribles de pobreza consiste en el saberse no amados, no deseados, despreciados. «Una especie de pobreza presente también en los países y en las familias menos pobres, también en las personas pertenecientes a categorías que disponen de medios y posibilidades, pero que experimentan el vacío interior de haber perdido el significado y la dirección de la vida y son violentamente golpeados por la desolación de las uniones rotas, de la dureza de la soledad, de la sensación de ser olvidados por todos y de no servir a nadie.
Cardenal Raymond Leo Burke
Desgraciadamente, a pesar de las medidas correctoras de la Santa Sede, sobre todo del bienaventurado beato papa Pablo VI y del santo papa Juan Pablo II, la situación continuó; al mismo tiempo, hemos asistido a una pérdida dramática de la Fe en la Eucaristía y a un declive asombroso de la asistencia a la Misa dominical.
Cardenal Carlo Caffarra
El relativismo es como una metástasis. Si Ud. está de acuerdo con sus principios, cada experiencia humana, ya sea personal o social, llegará a corromperse.
La enseñanza del Beato J. H. Newman tiene aquí gran actualidad. Hacia el final de su vida, dijo que el patógeno que corrompe el sentido religioso y la conciencia moral, es “el principio liberal”, como él lo llama. Es decir, la creencia de que, con respecto a la adoración que le debemos a Dios, es irrelevante lo que pensamos de él; la creencia de que todas las religiones tienen el mismo valor. Newman considera por lo tanto el principio liberal así entendido como algo completamente contrario a lo que él llama “el principio dogmático”, que es la base de la proposición y la afirmación cristiana.
Del relativismo religioso al relativismo moral, sólo hay un paso. No hay problema entonces en el hecho de que una religión justifica la poligamia, y otro lo condena. De hecho, supuestamente no existe, por lo tanto, una verdad absoluta acerca de lo que es bueno y lo que es malo.
Cardenal Robert Sarah
Necesitamos ser incluyentes y dar la vida a todo lo que sea humano, pero lo que viene del enemigo no puede y no debe de ser asimilado… ¡No puedes unirte Cristo y Belial, príncipe de la oscuridad! Lo que el nazismo fascista y el comunismo fueron en el siglo XX, las ideologías homosexuales y abortistas en occidente, y el fanatismo islámico lo son hoy en día.
Cardenal Francis Georce
En una cultura post-freudiana, el celibato es objeto de odio, por lo que su testimonio es más importante que nunca… La ira que atrae [el celibato], la ordenación de las mujeres, la indisolubilidad del matrimonio, la definición de matrimonio, atestiguan cómo una cultura corrupta forma a sus devotos.
Cardenal Velasio de Paolis
EI Papa Benedicto XVI dirá en la encíclica Spe salvi que con la Revolución francesa la esperanza cristiana pierde su carácter de trascendencia y se hace inmanente: se reduce a la dimensión humana, es fruto simplemente de la actividad del hombre y se mueve en esa dimensión.
Cardenal Robert Sarah
La presencia masiva de población extranjera, que, en Europa occidental, sumerge a los pueblos nativos paralizados, que procede de otros continentes, los continentes del hambre y de la opresión política, con culturas y religiones diferentes… Es en definitiva, un laicismo, un relativismo, y una indiferencia alimentados por aquel famoso díptico del Imperio romano en su máximo apogeo y, al mismo tiempo abocado a la depravación de un declive inevitable “panem et circenses” o, si se prefiere, utilizando un vocabulario de nuestra era “de bienes de consumo y de ocio” llevado a su máximo exponente en lugar de esfuerzo y trabajo.
