natividad mariaIldefonso Rodríguez Villar
Puntos breves de meditación
sobre la vida, virtudes y advocaciones litúrgica
de la Santísima Virgen María
26ª edición, Valladolid, 1965

Excelencia. -Varias veces se ha tratado ya este punto en las meditaciones de la vida de la Virgen…, pero es tan importante y tan grande su excelencia, que vamos a detenernos de nuevo y despacio en él…, tanto más cuanto que en María tenemos el modelo más perfecto y la maestra más práctica de todo lo que, digamos sobre la oración.

Y así, primeramente detente a meditar algo sobre su excelencia… y la deducirás de su misma definición: «orar es levantar el corazón a Dio»…, es ponerse en comunicación con Dios y conversar con Él…, es decir, que al orar estamos seguros de que hablamos con Dios…, que Él nos escucha y atiende… y a la vez Él nos habla…, nos enseña…, nos da luces e inspiraciones para conocer su santísima voluntad… ¿Qué te parece? ¿Puedes imaginar algo más noble… más digno y excelente…, más honroso para ti que el ser admitido al trato con Dios…, a la comunicación con Dios…, a hablar y tratar íntima y confidencialmente con Él?…

¡Qué de secretos te va a descubrir!… ¡Qué de cosas tan divinas te va a enseñar!…

La oración es un abismo de bondades por parte de Dios…, de grandeza y sublimidad por parte nuestra, pues nunca podríamos soñar con mayor grandeza y exaltación que la de ser admitidos a la amistad íntima de Dios. -Esto es lo extraño e incomprensible. -¡Cómo Dios no se desdeña, cómo no duda en rebajarse a hablar con los hombres!…, iY cómo éstos no se aprovechan de esta ocasión para conseguir lo que quieran de Dios!… Porque la oración es la llave de oro que abre los inmensos tesoros de las riquezas infinitas de Dios… No hay arca, por muy cerrada y escondida que esté, en las alturas del Cielo, que no se abra con esa llave… En la oración, la misma omnipotencia de Dios se pasa a nuestras manos y parece que el Señor tiene gusto, en dejarnos durante ella el cetro de su majestad Infinita… Así es de grande…, excelente…, omnipotente la oración.

Si quieres saber algo de las excelencias de sus dulzuras y consuelos, pregunta a las almas de oración…, esto es, a todos los santos…, pues todos los santos son almas de oración… y todas las almas de oración son santas… Míralas, embriagadas en ésas dulzuras que no aciertan a dejar. -Un San Luis Gonzaga, que llega a orar siete horas seguidas. Un San Francisco de Borja, que después de ocho horas seguidas, pedía que le dejaran un poquito más…, y así todos los demás. -Y aunque después entraremos de lleno en la oración de la Virgen…, pregúntate ahora ya, ¿cómo sería esta oración?… ¿Cuáles serían sus dulzuras y consuelos?… ¿Cuántas las gracias que en ella recibiría?… ¿Cuánto tiempo duraría la oración de Ma­ría?…

Necesidad. -Pero antes, detente a ver un poco la necesidad de la oración. -Es algo completamente necesario e indispensable para la salvación y para la santificación. -Sin oración, no hay gracia…, sin gracia, no hay nada conducente para la vida eterna…; no hay Cielo, sin oración.- San Ligorio, dice categóricamente: «Todo el negocio de la salvación depende de la oración…, porque con la oración estaréis seguro de salvación… y si no oráis, vuestra condenación es cierta.»

Escucha al mismo Cristo, que tanto encareció esta necesidad hasta el punto de que fue uno de los temas más repetidos en sus predicaciones: «Velad y orad, para que no caigáis en la tentación» «Es necesario orar siempre y no cansarse de oran «Orar en todo tiempo«… Y como lo que predicaba lo enseñaba a la vez con el ejemplo, de Él dice el Evangelio que subía al monte a orar y a pasar allí la noche en oración… Y otras veces se dice que «se retiraba a un lugar solitario, y allí oraba»… De suerte que la oración era para Él una ocupación frecuente y larga. -¡Qué de extraño tendrá, sabiendo esto, que también la Santísima Virgen pasara gran parte de su vida en oración!… Ella era la dispensadora de todas las gracias, pero… quería que supliéramos que el medio ordinario… y universal… e infalible, de obtener esas gracias, era la oración.

Ya hemos dicho en otra parte, que los Evangelistas nos presentan a Ma­ría muchas veces orando…, de suerte, que a pesar de los poquísimos detalles que de Ella narran, nos hablan repetidas veces de la oración de Ma­ría… -La Anunciación y Encarnación tienen lugar durante la oración de la Virgen… Sube al Templo, aún sin obligación ninguna, a orar… La Purificación y Presentación, son misterios de oración… Ora en el Calvario junto a la Cruz…; y en el Cenáculo, por espacio de ocho días seguidos, con los Apóstoles no hace sino orar… -Bien puedes decir que toda su vida fue de oración…

Tu vida de oración. -Y tú, ¿sabes vivir esta vida?… ¿Estás convencido de la excelencia y necesidad de esta vida para tu alma?… Necesitas luz intensa que te haga conocer íntimamente a Dios…, lo que es para ti y lo que quiere de ti en cada momento…, luz que te enseñe los peligros que te rodean y los lazos que te tiende sin cesar el demonio…, así como los medios de defenderte y de triunfar…, luz que ilumine todo tu interior, para conocerte bien…; luz que te enseñe cuáles son tus inclinaciones y tu pasión dominante…, tus caídas y pecados con sus causas y raíces…. tus debilidades y defectos que te oculta el amor propio…; luz para conocer bien el amor de Cristo y sus sacrificios…; su ama redentora y santificadora… su espíritu de humildad y obediencia…, su bondad y misericordia…; luz para penetrar en el corazón de tu Madre querida y allí ver su pureza…, su santidad…, sus virtudes todas…, el amor maternal que te tiene…, la necesidad que tienes tú de Ella para todo, pues sin Ella no podrás hacer absolutamente nada.

Y a la vez que esta luz, necesitas fuerza para luchar sin cesar…, para sostenerte sin cansancios ni desalientos…, para alentar tu esperanza y confianza en el triunfo, en las sequedades…, en las tribulaciones…, en las dificultades…, en la falta de gana…; fuerza para romper y desarraigar y cortar con energía lo que sea necesario y Dios te pida…, para cumplir con tus deberes diariamente sin desfallecimientos…, para seguir, en fin, de cerca a Cristo y con Él crucificarte en su misma cruz.

Todo esto es para ti de absoluta necesidad…; sin esta luz y sin esta fuerza serás incapaz de nada provechoso para tu alma… y, sin embargo, todo esto se te dará únicamente…, exclusivamente en a oración… y conforme a la medida de tu oración… A más oración, más luz, más fuerza… y, por tanto, más gracia y más santidad. -Pregúntate de nuevo: ¿qué importancia das a tu vida de oración?… ¿Cómo trabajas y te esfuerzas en ella?… Pide a la Santísima Virgen te conceda este don, de ser alma verdaderamente de oración.