iglesiaPapa Francisco

Cuando en la vida sucede que apuntamos bajo en vez de a lo alto, nos puede ser de ayuda esta gran verdad: Dios es fiel en su amor, y hasta obstinado. Nos ayudará pensar que nos ama más de lo que nosotros nos amamos, que cree en nosotros más que nosotros mismos, que está siempre de nuestra parte, como el más acérrimo de los hinchas. Siempre nos espera con esperanza, incluso cuando nos encerramos en nuestras tristezas, rumiando continuamente los males sufridos y el pasado. Pero complacerse en la tristeza no es digno de nuestra estatura espiritual. Es más, es un virus que infecta y paraliza todo, que cierra cualquier puerta, que impide enderezar la vida, que recomience.

Cardenal Raymond Leo Burke

Durante los dos últimos años de su pontificado, el santo papa San Juan Pablo II asumió un esfuerzo intenso y profundo para corregir, de una manera comprehensiva, los abusos litúrgicos, y por restaurar la sagrada Liturgia según la intención de los Padres Conciliares. El papa Benedicto XVI ha continuado la reforma litúrgica del papa San Juan Pablo II, muerto antes del Sínodo de los Obispos sobre la Sagrada Eucaristía que él había convocado para el mes de octubre de 2005.

Cardenal Carlo Caffarra

Y el punto es el siguiente: AL dice que, en algunas circunstancias, las relaciones sexuales entre los divorciados y vueltos a casar civilmente son moralmente legítimas. Más aún, se dice que lo que el Concilio Vaticano II ha dicho acerca de los cónyuges – con respecto a la intimidad sexual – también se aplica a ellos (véase la nota 329). Por lo tanto: cuando se dice que una relación sexual fuera del matrimonio es legítima, es por tanto una afirmación contraria a la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad; y cuando se dice que el adulterio no es un acto intrínsecamente deshonesto – y que por lo tanto puede haber circunstancias que hacen que no sea deshonesto – eso, también, es una afirmación contraria a la Tradición y la Doctrina de la Iglesia. En tal situación como esta, el Santo Padre, en mi opinión – y como ya he escrito – tiene por lo tanto que aclarar el asunto.

Cardenal Velasio de Paolis

Estamos viviendo: el tiempo de la secularización, el tiempo del relativismo ético y gnoseológico; el tiempo de la desorientación en la cual el hombre no sabe decir más nada sobre sí mismo, de dónde viene, adónde va, y cuál es el sentido de su vida y de su caminar; si bien sepa decir muchas cosas sobre el cosmos.

Cardenal Walter Brandmüller

Veo en ciertos círculos de la Iglesia casi un «deseo perverso de autodestrucción», por ejemplo, «socavando la procreación de la vida de diferentes maneras y poniendo en tela de juicio la identidad sexual natural del hombre y de la mujer».

Cardenal André Vingt-Trois

Los miembros de la comunidad armenia son conscientes de que, entre la fe cristiana y su propia nacionalidad, hay un vínculo muy profundo e indisoluble. Esa unidad profunda entre la fe y la identidad nacional nos permite comprender mejor la masacre perpetrada en 1915 y en los años siguientes.

Cardenal Robert Sarah

Es el nihilismo total, radical, absoluto, que es el preludio de la muerte de la humanidad. Es la hora del combate entre estas tinieblas donde naufraga una humanidad que está enfrentada a los demonios del nihilismo libertario. Es el combate entre la tiniebla y la luz que solamente la Iglesia puede llevar como si fuera una antorcha, que se parece en muchas ocasiones a esa pequeña llama de la esperanza que cantaba Ch. Péguy hace ya un siglo, y que ninguna borrasca podrá apagar. Porque nuestra fe en Cristo que es el fundamento de nuestra esperanza, es decir, el hombre nuevo, Dios hecho hombre, es esa antorcha que ilumina nuestra vidas de hombres y mujeres creados a imagen y semejanza de Dios.