Padre Martínez Cano, m.C.R.

El sueño de un Nuevo Orden Mundial es una copia burda de la Torre de Babel. La rebelión del hombre contra Dios, inspirada por Satanás.

Yo no veo claro ese Nuevo Orden que englobe Estados Unidos, China, Europa, África, Rusia, India, Hispanoamérica.

Lo más importante es que aún quedan millones de hombres y mujeres que combaten los nobles combates de la fe para instaurar el Reinado Social de Jesucristo.

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Me lo ha contado la abuela. Su nieto de seis años le ha dicho a su madre: mamá quiero que te mueras pronto, muy pronto. -¡hijo mío! ¿Es que no me quieres?- Si, mamá te quiero mucho, mucho, mucho; pero si te mueres, irás al Cielo y allí serás muy feliz, muy feliz. Este niño ya ha entendido que es el amor: querer el bien del prójimo.

Para llenar el corazón de gozo de la madre (antigua alumna nuestra) su hijo le dice: Mamá tú me quieres mucho. Pero Dios me quiere más. Porque ya me quería antes de nacer yo.

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Me dijo un joven padre, con su hijo en los brazos: No entiendo que mi mujer, con lo súper inteligente que es, la cabeza que tiene y el trabajo que desempeña sea tan Católica. Creo en muchas cosas maravillosas e imposibles.

La respuesta es bien sencilla para tener fe, se ha de tener inteligencia. Un tigre, por muy fiero que sea, no puede hacer ni un solo acto de fe.

Pero ya sabemos que el amor es ciego… y sordo. Y la buena esposa, nunca ha oído las necedades de su esposo.

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Entra toda la familia al templo parroquial. El pequeñín, se suelta de la mano del abuelo. Se adelanta y besa el pie de Cristo en la cruz. El niño alza la cabeza y dice: Jesús, tienes los pies muy fríos. Te voy a comprar unos calcetines.

Los niños son así. Por eso Cristo nos dijo: si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de los Cielos.