Padre alba con mapaRvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 234, diciembre de 1998

El Papa acaba de dirigirse al medio millón largo de jóvenes que se han reunido en Santiago de chile de toda América, para prepararse al Jubileo del año 2000. El radiomensaje fue proyectado a toda aquella inmensa multitud juvenil, a través de pantallas gigantes de televisión. Los jóvenes veían al Papa que desde Roma les hablaba de la Verdad siempre nueva de Jesucristo que dijo para todos los tiempos que Eles la Verdad.

¿Qué pidió el Papa? “Queridos jóvenes, déjense guiar por el Espíritu Santo para tender una mano a quienes anhelan una manera distinta de vivir. No tengan miedo… Estén dispuestos a dejar todas las cosas por Cristo para seguirlo como misioneros del Evangelio.”

Es la voz del Papa que clama en el desierto como nuevo S. Juan Bautista. Es la llamada que nos hace a nosotros el mismo Señor, por medio de su Vicario en la tierra.

Nuestros tiempos son los más difíciles y trágicos de la historia de la Iglesia. Es el humo de Satanás, es la autodemolición de la propia iglesia la que se ha apoderado de muchos de sus miembros. No en un lugar determinado, sino en toda !a Iglesia, en todas las naciones se ha introducido la herejía progresista de la autodemolición y de ruptura con la tradición y el Magisterio de la Iglesia. P eso e Papa, que se da perfecta cuenta de la profunda crisis de la Iglesia, se ha lanzado con sobre mano esfuerzo a predicar por todo el mundo, en su misión agotadora de confirmar en la fe a los cristianos y de anunciar a Jesucristo a todos los hombres.

Es la hora de tender la mano con caridad generosa a todos los hombres que nos rodean, pero siendo dóciles al Espíritu Santo que nos enseña a no ser del mundo, aunque tengamos que vivir en el mundo.

Esto quiere decir que no podemos olvidar la vida interior, la dirección espiritual. En nuestra Asociación se nos dan cumplidamente ambas cosas como desea el Papa. Se nos enseñas meditar cada día en la Santa Ley de Dios, a orar a la Virgen con el Rosario diario, a adorar la Sagrada Eucaristía en las vigilias nocturnas, a formar nuestra inteligencia y nuestro afecto con los retiros, Ejercicios lectura espiritual. Y simultáneamente a convertir nuestra vida en apostolado con la infancia, adolescencia y juventud, sin dejar la acción apostólica con nuestra profesión en la vida pública, en la vida social: Ser apóstoles siempre y en toda ocasión. ¡Cuántas ocasiones nos brinda el Señor!

Un apostolado a imitación del de Jesucristo ha de comenzar 11enando nuestro corazón de Santos deseos. Deseos de que el mundo se convierta. Deseos de que los hombres encuentren la Verdad. Deseos de que venga a nosotros el Reino de Cristo y la salvación de las almas. Los mismos deseos que tiene el Papa y le impelen a recorrer a lo apóstol los cinco continentes. Los mismos deseos de Jesús escondido en el Santísimo Sacramento. No tengamos miedo a ser santos para salir de la abulia y salvar millones de millones de almas. Tantas salvarás, cuantos sean tus deseos de salvación.