Padre Cano, m.C.R.

Las utopías modernas de igualdad, paraísos marxistas, bienestar etc. destruyen la esperanza cristiana. El utópico quiere resultados inmediatos. Y no los hay nunca.

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Sir Edwin Montague definió al sionismo como «ideología política moderna». El judaísmo es la religión y cultura del pueblo judío. Dos realidades muy distintas.

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Es verdad que puede darse la «ignorancia invencible», pero no la «cobardía inculpable» ¡No tengáis miedo! Nos dice Cristo.

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La Iglesia Católica no tiene fronteras. Su misión es universal. Llevar almas al Cielo.

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Se habla mucho del niño probeta, a gusto de los adultos. Se dice poco del individuo fabricado a gusto de la ideología imperante en colegios y medios de comunicación.

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 Hay mercenarios de las letras y palabras que se ofrecen a oligarquías parasitas para juntos alcanzar el poder y vivir de la corrupción.

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 Quién habla de la misericordia divina y no dice nada del infierno, traiciona el mensaje de la Misericordia Divina.

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 Sin la libertad de los hijos de Dios no hay «hombre nuevo». Quiera el Señor que así lo entiendan agnósticos, ateos y democratistas.

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 Se equivoca quien busca su felicidad en los placeres pecaminosos, en las comodidades. La felicidad está en negarse a sí mismo y amar a Dios y al prójimo.

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 Hay quienes dicen que la justicia hará inútil la caridad. Y se maravillan de lo que ha dicho. Hoy ochocientos millones de personas pasan hambre cada día. Ellos, no se enteran.

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 Desde toda la eternidad, las Tres Divinas Personas se aman infinitamente. Nuestra eternidad será gozar del amor infinito de la Santísima Trinidad.