El Párroco

El Señor es mi pastor, nada me falta.

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Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.

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Habitare en la casa del Señor por años sin término.

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En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz del Señor.

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Caminar como hijos de la luz, toda bondad, justicia y verdad.

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Despierta tú qué duermes, levántate y entre los muertos y Cristo será tu luz.

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A mi entender, nadie es más libre que el que hace el voto de obediencia.

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El diablo tienta con cosas fáciles. Fomenta nuestro egoísmo, nuestra soberbia, nuestra pereza…

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Hay un bienestar material: el hombre necesita cosas. Hay una felicidad terrenal. El hombre no necesita nada. Usa las cosas para santificarse en la tierra y ser eternamente feliz en el Cielo.

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El escándalo farisaico de los medios por el autobús de Hazte oír, manifiesta, una vez más el odio a la verdad de los promotores de la «realidad virtual”. La palabra que más usaron en su campaña demencial fue «odio».