Obra Cultural

Recorte de un periódico

Ha sido encontrado un desconocido que vagaba a la ventora por los yermos de Hampstead. No sabía dar cuenta de sí mismo y parece haber perdido la memoria. Ha olvidado su nombre y no puede decir de dónde viene y a dónde va, ni cómo ha llegado hasta Hampstead.

Caso triste, pero…

Pero todavía los hay peores. A ese desgraciado no se le puede censurar por su actual condición: con un tratamiento cuidadoso, probablemente se pondrá bien dentro de pocas semanas: pero ¿qué decir de esos millones de  hombres y mujeres que atraviesan la vida como casos patológicos de pérdida de memoria, que jamás se han hecho estas preguntas: «¿Qué significa la vida? ¿De dónde vengo? – ¿A dónde iré después de la muerte?» ¿Pueden decir en verdad que no son culpables? ¿Tienen esperanza de restablecimiento? Perder la memoria es un accidente del cual el hombre, de ordinario, no es responsable; vivir como si se tuviese perdida la memoria es una gran locura, un crimen.

¿Estás tú en este estado?

¿Tienes cuidado de que los negocios y otras ocupaciones no hagan que te olvides de tu alma? Tu alma es la parte más importante de ti, la parte que piensa, la parte que llamas «YO», la parta que sobrevivirá en la otra vida. El hombre que ha perdido la memoria, todavía se acuerda de pasear, dormir, comer. Sin embargo, su estado es lamentable. De la misma manera, tú puedes responder bastante bien a las exigencias de los negocios, planear bastante bien la tarea diaria; pero si te olvidas de tu propio destino, de tu alma, te olvidas de lo que más importa: si te olvidas por tu propia culpa, tu estado es lamentable, desesperado. Es solamente el alma quien da sentido a la vida. Quizá las siguientes consideraciones te ayudarán a darte cuenta de lo que esto significa.

¿De dónde has venido?

Este mundo es un diminuto planeta que está dando vueltas en el espació; una pequeña motita en el inmenso Universo. Algunos dicen que el Universo, la Tierra, todo lo que se halla sobre ella, ha procedido de la evolución de unos átomos y electrones. Pero esos átomos y electrones, ¿de dónde vienen? ¿Quién les guiaba en el proceso de formación de este mundo maravilloso? Aquí sólo cabe una respuesta: Dios ha creado el  Universo y todas sus partes; Dios ha creado el alma de cada hombre; Dios es necesariamente la Primera Causa.

¿Quién eres tú?

De los seres vivientes que existen sobre la tierra, el hombre es el más grande, porque está dotado de entedimiento o poder de pensar, de voluntad libre o poder de elegir lo que quiere o no quiere; más aún: es inmortal; esto es, su alma no morirá nunca.

¿Qué haces ahora?

¿Qué uso haces de los dones de Dios? Si depositas en cierto hombre una suma de dinero, sin duda que esperarás lo emplee para el fin para que se lo has proporcionado. Es dinero tuyo; puedes permitirle alguna libertad, pero tienes todo el derecho de determinar cómo se ha de gastar, de exigirle cuentas luego. Dios te ha dado voluntad libre, entendimiento, alma inmortal. ¿Has olvidado que has recibido todo esto de Dios? ¿Que Dios ha determinado cómo se ha de usar? ¿Que Dios te pedirá cuentas del uso que hagas de esos dones?

¿A dónde vas?

Dios nos ha prometido un más allá de paz y de felicidad; felicidad más grande de lo que podemos imaginar, digna del alma noble del hombre, que satisfaga todos sus deseos, todos sus insaciables anhelos. Pero esta felicidad la dará solamente a aquellos que le sirven, a aquellos que en este mundo han procurado llevar una buena vida, que han cumplido su deber para con los otros hombres, que han alabado a Dios, que, en resumen, han sido guiados a lo largo de su vida por la ley de Dios.

Y ¿qué de aquellos que no sirven a Dios? ¿De aquellos que en su vida han buscado su propio placer y satisfacción, y que lo han obtenido quebrantando la ley de Dios, pisoteando los derechos ajenos y descendiendo al nivel de las bestias? A éstos Dios les aguarda con la amenaza del castigo que sus crímenes merecen.

Ahí, pues, tenemos la respuesta a nuestras preguntas. Nuestra vida sobre la tierra sirve para diferenciar los buenos de los malos. Somos libres de escoger: u obedecer la ley de Dios, o prescindir de la misma; pero escogiendo uno u otro camino, escogemos por ello mismo el Cielo o el Infierno.

Necesitas un guía

Por lo tanto, es necesario que elijas bien, pues la vida es un negocio difícil. Y bien puedes desconfiar de· tu capacidad para escoger tu camino, sin uno que te ayude. Dios, sin embargo, nos ha dado un guía, pues envió a Jesucristo para enseñar al género humano, y Jesucristo fundó una Iglesia a la cual prometió preservar siempre de todo error.

Esta es La Iglesia católica

Esta Iglesia, y sólo ésta, puede ayudarte en todas tus dificultades, darte la clave de todos los problemas de la vida y conducirte por el camino del Cielo.

¿Dudas de esto?

Naturalmente, ningún hombre juicioso podría aceptar tales afirmaciones sin pruebas. Pero esto es de capital importancia para ti. Por lo tanto, debes examinar las pruebas por ti mismo. Ve a la fuente. Pide a un católico Información, o, si prefieres, pregunta a un sacerdote católico.

«EL HOMBRE TIENE NECESIDAD DE DIOS COMO TIENE NECESIDAD DE AGUA O DE OXÍGENO», dice el Dr. Alexis Carrel, Premio Nobel de Medicina. Por eso, lo mínimo que debemos hacer para vivir en contacto con Dios es rezar cada mañana y cada noche. A lo menos las tres AVEMARIAS a la Santísima Virgen.