El secreto de María
Y en fin, para recordarnos nuestra dependencia de Jesús y de María en calidad de esclavos, pues acostumbraban ellos a llevar cadenas semejantes. Muchos grandes hombres que se hicieron esclavos de Jesús y María estimaban tanto estas cadenas, que se quejaban de que no se les permitiera arrastrarlas públicamente a los pies como los esclavos de los turcos. ¡Oh cadenas más preciosas y más gloriosas que los collares de oro y piedras preciosas de todos los emperadores pues que nos atan a Jesucristo y a su Santísima Madre y son su marca y librea!
Hay que notar que conviene que estas cadenas si no son de plata, sean a lo menos de hierro, para llevarlas con comodidad. (San Luis Mª Grignion de Montfort)
La mujer
Edith Stein
Del sacerdocio y de la vida religiosa se dice, en el modo común de hablar, que exigen la vocación, es decir, la llamada de Dios. ¿Hay en eso una distinción entre hombre y mujer? Al estado de vida religiosa han sido llamadas mujeres y hombres en todos los tiempos; si consideramos las múltiples actividades caritativas exteriores desarrolladas hoy en día por las órdenes y congregaciones femeninas, descubrimos que la única distinción esencial se encuentre en el hecho de que las actividades propiamente sacerdotales están reservadas a los hombres.
Decadencia
Es evidente, que el serio proceso de decadencia material en que está sumida Europa, constituye una consecuencia de la gravísima crisis espiritual: se debate entre dos amenazas totalitarias, de momento sin alternativa. La alternativa podría ser la Iglesia, que ha hecho Europa. Pero la Iglesia – las iglesias-, sumida también en el proceso de decadencia, no es hoy un contramundo en el mundo, pues, más o menos enfeudada a los gobiernos temporales, ha renunciado a ejercer su auctoritas. (Dalmacio Negro – VERBO)
Siempre en vela
San Pablo dice: «El que piensa que está en pie, mire que no caiga; andad siempre en vela».
No se crea que el temor de Dios cause desconfianza, desmayo, de forma que los hombres acaben siendo cobardes y pusilánimes; al contrario, son más fuertes y confiados porque, al desconfiar de si, ponen toda la confianza en Dios. En el mundo la osadía causa fortaleza y el temor causa flaqueza y cobardía. Pero en el camino de Dios es al revés: allá donde está tu temor, allí está tu fortaleza (Job 4, 6). Cuando uno teme mucho a Dios no halla qué temer en ninguna cosa del mundo. Desprecia todas las cosas temporales y las tiene por poco. (Jaime Solá Grané – La castidad, ayer y hoy)
La realidad en que vivimos
Conforme a ese viquismo que le llevó siempre a buscar lo verdadero en lo cierto, dentro de la historia, trató de comprender su “época tan abierta y sincera en lo que tiene de positivo y de negativo”, porque es lo mejor que puede hacer el pensamiento, “tratar de conocer la vida en la que vive”. Este fue, de algún modo, el programa de toda su vida: observar con atención la experiencia humana histórica, para tratar de comprender su sentido, su dirección, ya que “la mayor fuente de los errores políticos consiste en no darse cuenta de los hechos, es decir, de la realidad en la que vivimos, en no entender la vida dentro de la que se vive y en la que es preciso actuar”. Miraba el presente sin miedo. (Ana Llano Torres – RAZÓN ESPAÑOLA)
Construcción quimérica
Cuando se piensa en todo lo que ha sido necesario de fuerzas, de ciencia, de cristianos sobrenaturales para establecer la ciudad cristiana, cuales son los padecimientos de millones de mártires, las luces de los Padres y Doctores de la Iglesia, la abnegación de todos los héroes de la caridad, una poderosa jerarquía nacida en el Cielo, torrentes de gracia divina y todo ello edificado, unido, compenetrado por la Vida y el Espíritu de Jesucristo, la Sabiduría de Dios, el Verbo hecho Hombre; cuando se piensa, decimos, en todo esto, asusta ver a los nuevos apóstoles obstinados en hacer cosa mejor con un vago idealismo y las virtudes cívicas. ¿Qué es lo que va a salir de esa colaboración? Una construcción puramente verbalista y quimérica, donde espejearán, revueltas y en confusión seductora, las palabras de libertad, justicia, fraternidad y amor, de igualdad y exaltación del hombre, todo ello fundado en una dignidad humana mal entendida; una agitación tumultuosa, estéril para el fin propuesto, provechosa para los agitadores de masas menos utopistas. Verdaderamente se puede afirmar que Le Sillon, al poner los ojos en una quimera, hace escolta al socialismo. (Mn. José Ricart Torrens – Catecismo Social)
Homosexualidad y esperanza
Caprio: Muchos de mis pacientes, que fueron anteriormente lesbianas, se han puesto en contacto conmigo largo después de terminado el tratamiento, haciéndome saber de que están felices casadas y que están convencidas de que nunca volverán a la vida homosexual.
Ellis: Se piensa que hay razones para creer que la mayoría de los homosexuales que están preocupados seriamente por su condición y están dispuestos a hacer un esfuerzo para mejorar, pueden, en el curso de psicoterapia de orientación psicoanalítica, ser ayudados a alcanzar una orientación heterosexual más satisfactoria.» (Asociación Médica Católica – AMCA)
